En una de las finales más emocionantes de la historia reciente del fútbol colombiano, Deportes Tolima superó a Atlético Nacional y alcanzó el segundo título de su historia.El conjunto vinotinto y oro se impusó en las definición desde el punto penal, luego de empatar la serie (2-2) venciéndo a los verdolagas por 1 a 2 en el Estadio Atanasio Girardot en el segundo partido.
El primer duelo, que se jugó en Ibagué había terminado 0 a 1 a favor de los paisas pero después del resultado en los 90 minutos en Medellín era necesaria la definición desde los 11 metros.Le recomendamos: ¿Qué esperar de Colombia en el mundial?En los cobros, los tolimenses fueron muy acertados y ganaron 4 a 2 la serie de penales para lograr un impensado título después del resultado del primer partido. En la primera parte, la iniciativa la tuvo el equipo paisa que intentó asegurar su título 16 con otro gol pero a pesar de tener el dominio no pudo marcar diferencia en el último cuarto de la cancha y su única jugada de peligro fue un remate por fuera de Gonzalo Castellani.Por su parte, los pijaos fueron cautos sin importar que necesitaban de un gol. Los dirigidos por Alberto Gamero mantuvieron su tradicional disciplina táctica pero presionando la salida de los antioqueños, lo que le traería buenos réditos más adelante en el partido.En el minuto 61 se produjo el gol de los tolimenses gracias a un grave error del defensor central Alexis Henríquez que no despejó la pelota ante una presión de Sebastián Villa. El volante lanzó un centro que tocó la punta del botín de Jorman Campuzano y el volante contó con la mala fortuna que se desvió con destino del arco.Fernando Monetti no alcanzó a reaccionar y la pelota encontró el fondo de la red. La primera vez de la temporada en la que veía su arco vulnerado en el Estadio Atanasio Girardot. El portero argentino acumulaba 1037 sin recibir gol en casa por el torneo colombiano.Una verdadera sorpresa pues no muchos creían que el Tolima tuviera la oportunidad de equilibrar la serie en Medellín donde Nacional ha dominado a placer a sus rivales pues había ganado 10 de sus 11 partidos en su casa.Le puede interesar: “Me quedó el corazón partido en 50 millones de pedacitos”: el sentido mensaje de Frank FabraEn el minuto 61 se presentó la jugada más polémica del partido. Rafael Robayo fue derribado en el área pero el árbitro Luis Sánchez consideró que no era falta y le pidió al volante que se levantará. Cuatro minutos después, Nacional encontraría el empate después de una buena incursión en ataque de Helibelton Palacios por la zona derecha. El lateral derecho levantó el esférico al segundo palo donde apareció solitario Vladimir Hernández para cabecear la pelota.El volante ofensivo del conjunto paisa marcó por arriba a pesar de medir escasos 1,60 m.El lunar de la noche fue la tarjeta roja de Camilo Zúñiga, que pocos minutos después de haber ingresado al partido. El exjugador de la Selección Colombia cometió una falta descalificadora por la que vio la tarjeta roja directamente.Por esta razón, Nacional debió aguantar los cinco minutos finales con 10 hombres. El conjunto tolimense avisó con un tiro de esquina en el minuto 91 en el que el arquero Álvaro Montero impactó la pelota pero su colega Fernando Monetti controló el balón.En otro tiro de esquina en el minuto 94, en lo que parecía iba a ser la última jugada, Danovis Banguero peinó el baló que no pudo controlar Monetti y entro al arco despacio desatando la locura en Ibagué y el desasosiego de los hinchas del equipo verdolaga, que a esta altura ya se creían campeones.Ya en los penales, todo los que vestían vinotinto y oro acertaron mientras que Reinaldo Lenis y Vladirmir Hernández fallaron facilitando el triunfo de los tolimenses.Tolima ya había sido campeón en 2003, cuando era dirigido por Luis Alberto ‘El Chiqui’ García superando a otro verde, Deportivo Cali.El gran héroe de esta segunda estrella es Alberto Gamero pues logró imponerse con un equipo que no contaba con tantas figuras sino que se destacaba por su gran nivel coléctivo y orden táctico.
Este también es el segundo título para el entrenador Samario, que había sido el mejor del torneo apertura 208-1 con el Boyacá Chicó.