El Mundial Qatar 2022 acabó el pasado domingo 18 de diciembre y, luego de un partido muy emocionante que puso en vilo al mundo entero, la selección de Argentina quedó como ganadora tras varios tiros penales que angustiaron a millones de personas.

Es así como los hinchas salieron a las principales calles de Buenos Aires y rápidamente se convirtieron en ríos enteros de personas que lucían con orgullo la camiseta bicolor.

Los jugadores, por su parte, estaban muy felices por todo lo que representaba su triunfo en la competencia más importante del fútbol en todo el Planeta. Pues además de ser la recompensa por sus esfuerzos, fue la primera Copa que ganaban estando en la selección.

Sumado a ello, es el último Mundial en el que participaría Leonel Messi en toda su carrera futbolística como jugador, y como si todo esto fuera poco, para muchos de ellos llegar a la cúspide significó el hecho de demostrar que sí se puede salir adelante, pues varios fueron criados en circunstancias difíciles.

Y finalmente, es llevarle una alegría a un país que actualmente atraviesa una crisis económica y social demasiado dura, pues la inflación en ese país llegó a 92,4 % interanual y la acumulada del año 2022 alcanzó el 85,3 %, según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

Por lo tanto, miles y miles de personas que celebraban en las calles de Buenos Aires caminaron largas distancias en medio de su alegría, algunos cantando, otros saltando, abrazándose y lanzando espuma también.

Fue así que un periodista de CNN quedó lleno de este último implemento mientras cubría las manifestaciones en ese país; en ese sentido, es normal ver en los noticieros a los hinchas saludando detrás de los periodistas y haciendo cualquier cosa ante las cámaras, pero lo que le sucedió se fue al extremo, ya que incluso alcanzaron a arrebatarle el micrófono y sacarlo fuera del recuadro.

Al reportero le causó inicialmente un poco de molestia, porque el hincha fue agresivo, pero pasado el incidente y con la cara llena de espuma, se disculpó con sus compañeras en el estudio y ya después le resultó gracioso lo ocurrido.

Se estima que fueron entre cinco y seis millones de personas que se congregaron a lo largo del recorrido, inicialmente diseñado sobre unos 70 kms. Hinchas llegaron de otras ciudades, tan lejanas como Bariloche, a cerca de 1.700 kilómetros de la capital, o de Rosario.

El pasado martes fue decretado día festivo nacional para facilitar la fiesta multitudinaria, en un día soleado del inicio del verano austral.

Al cabo de casi cinco horas de recorrido de la selección Argentina en un autobús descapotable que se movía prácticamente a paso de humano, los jugadores renunciaron a proseguir por tierra su trayecto que había comenzado en el predio de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) en Ezeiza, periferia de Buenos Aires, a unos 30 kilómetros por carretera del centro de la capital.

Apenas se supo que venían en helicóptero, miles de personas que esperaban en el centro de Buenos Aires corrieron hacia la Plaza de Mayo pensando que aterrizarían allí para asomarse desde el balcón de la Casa Rosada, sede de la presidencia, como hicieron en el pasado los campeones de México 1986 y de Argentina 1978.

Pero el recorrido finalmente fue solo aéreo. Al final de la tarde, Messi y Ángel Di María volaron en un avión privado a Rosario, su ciudad de origen, junto con Paulo Dybala.

Messi y Di María tomaron luego un helicóptero para ir al barrio privado en el cual tienen casa, a las afueras de Rosario. Dybala siguió viaje hacia Córdoba, su ciudad natal, según constató un fotógrafo de AFP.

*Con información de AFP.