No soportó el dolor de saber lo que le pasa a su amigo, con quién compartió habitación. Leonel Álvarez y Freddy Rincón fueron entrañables en las eliminatorias desde 1990 hasta 1998. Copa del mundo en Italia y Estados Unidos, Copas América en Chile Ecuador y Uruguay y rivales vistiendo las camisetas de los grandes del país. Leonel la de Atlético Nacional y Rincón la de América de Cali.
Celebraron juntos el que para muchos es el gol más importante de Colombia en la historia de los mundiales. El 19 de junio de 1990 en el estadio San Siro de Milán, Colombia se midió con Alemania. Al minuto 89 Pierre Littbarski vulneró la red de René Higuita, pero después Leonel recuperó el balón para el Bendito Fajardo, luego llegó a los pies del Pibe un pase filtrado a Freddy Rincón que entró solo por la derecha para definir entre las piernas de Bodo Illgner.
“No planeamos una jugada faltando 30 segundos. Como lo tenía en la habitación le comentaba que la intención era ir a golpear. Tuvimos secuencia de pases, pero la jugada se genera después de muchos partidos. Él era un jugador muy completo”, recordó sobre ese partido Leonel.
Su amistad se forjó en medio de la competencia por una posición. “Cuando empezó en Santa Fe yo jugaba en el puesto de él y presentía que lo llamarían a la Selección y me iba a quitar el puesto. Entonces busqué ser un 6/8”, confesó Leonel Álvarez deseoso de tener un jugador como él, de dos áreas, que llegara con sorpresa al arco rival.
“Era un adelantado porque llegar al Real Madrid no es fácil. Fue un líder en la cancha, tomando buenas decisiones”, recordó de Freddy a quien considera su amigo pese a la distancia.
Hacían bromas juntos, como la vez que tiraron un balde de agua con hielo al utilero. Jugaban y se divertían dentro y fuera de la cancha. “Era un gran hermano, compañero que aportó para nuestro crecimiento”, dijo el entrenador de 56 años.
Recuerda con nostalgia la última vez que lo vio en un restaurante en Medellín. Guarda en su corazón el abrazo que se dieron por el reencuentro y le agradece las felicitaciones y palabras de aliento cuando regresó a dirigir en el fútbol colombiano a Águilas Doradas de Rionegro.
Fue a Cali a pasar tiempo con su amigo en vacaciones. “Muy buen compañero, me dedicaba el tiempo consagrado. Por eso conseguimos tener una selección tan amigos. Pacho y Hernán nos pedía hacer familia y compartíamos todo”, acotó.
En medio del llanto Leonel confesó que ha pasado días de mucha tristeza desde que se enteró de lo sucedido. Incluso dijo sentirse mal por quejarse de algunas situaciones que considera difíciles, teniendo en cuenta lo que hoy vive su gran amigo en la clínica Imbanaco de Cali.
“Es un dolor muy grande porque en un tiempo muy atrás vivimos lo que le pasó a Andrés y ahora con Freddy. Lo tuve como compañero de habitación. Son muchas anécdotas. Era una pieza muy ganadora. Uno no acepta cuando le dicen la noticia. Me mandaron las imágenes por WhatsApp y no quise mirar. Recuerdo muchas cosas que vivimos”, dijo a la prensa.
Rincón era su gimnasio. Su fortaleza corporal era tanta que Leonel hacía flexiones usando su brazo. “Se levantaba después de estar en las cobijas, estiraba el brazo y yo hacía ejercicio porque era muy fuerte”, agregó.
Por esa misma fuerza, Leonel confía en que salga avante de la Unidad de Cuidados Intensivos en la que permanece. “Es un ser humano espectacular, anhelamos y deseamos, le pedimos a Dios en todas las oraciones. Ha sido muy duro. En nombre de todos los que lo tuvimos y compartimos el dolor es inmenso. Pero seguimos con la ilusión de que nos digan, está vivo y continúa luchando. Siempre hay una luz”, concluyó Álvarez.