Durante los últimos años, Esteban Chaves pasó de ser uno de los mejores ciclistas del mundo a ser uno que apenas iba a las grandes vueltas en rol de gregario y con el objetivo de terminarlas. Después de ser podio en el Giro y la Vuelta de 2016, el Chavito se vio afectado por varias enfermedades infecciosas incluyendo la mononucleosis, también conocida como la enfermedad del beso. Este padecimiento afecta las vías respiratorias y genera fatiga crónica por lo que a Esteban se le hizo imposible mantenerse en el sitial de privilegio que tuvo en su temporada de gloria. Le recomendamos: Especial Giro de Italia 2019: la lucha por la gloria rosa La familia del Chavito fue clave a lo largo del proceso de recuperación en el nadie entendía la razón de su bajón de rendimiento. Por eso cuando Esteban volvió a tener un momento de gloria, este viernes imponiéndose en la etapa 19 del Giro de Italia, quienes estaban en primera fila para felicitarlo fueron sus padres.
Jairo Chaves y Carolina Rubioestuvieron en la línea de meta y protagonizaron un emocionante abrazo con hijo.
Este momento reflejó la alegría de una familia que nunca se ha rendido con su hijo a pesar de afrontar muchas dificultades. La enfermedad del beso no es el primer padecimiento que pone en riesgo la carrera del Chavito. En 2013, cuando iniciaba su carrera en Europa, el bogotano tuvo una caída que le produjo fractura de clavícula y que por poco le hace perder su brazo. En contexto: ¡Grande Chavito!: Esteban Chaves ganó la etapa 19 del Giro de Italia Desde esa época el Chavito probó su valentía que le ha vuelto a servir para tener un impresionante regreso, con una victoria en la primera grande del año. "Hemos tenido momentos muy difíciles pero siempre hemos estado juntos y lo que pasó hoy es un peso que se descarga", dijo el corredor a Caracol TV. También contestó a sus críticos, que señalan que su carrera estaba terminada, diciendo: "Nunca me había ido y mis amigos y mi familia siempre han estado conmigo".