El fútbol brasileño quedó conmocionado el fin de semana por la desaparición de Marcelinho Carioca, ídolo histórico de Corinthians y uno de los jugadores más recordados por su excelsa calidad para los tiros libres.

A sus 51 años de edad, el oriundo de Río de Janeiro protagonizó un polémico escándalo por una supuesta infidelidad que tuvo que confesar en video obligado por el esposo de la mujer con la que presuntamente había tenido una aventura extramatrimonial.

Después de aparecer por última vez en redes sociales el pasado domingo, en un evento del cantante Thiaguinho, que se presentó en el estadio del Timão, la Policía brasileña alarmó de un posible secuestro al encontrar el automóvil del exjugador abandonado en una vía de la ciudad de São Paulo.

Mientras desplegaban el operativo de rescate, apareció en redes sociales la primera prueba de supervivencia. Sin camiseta y con el ojo golpeado, Marcelinho habló en primer plano y confesó haber estado con la pareja del hombre que lo había privado de su libertad unas horas atrás.

“Estaba en un show de samba y de ahí salí con una mujer que está casada, como he sabido después, y el marido me pegó, me secuestró y me llevó”, dijo ante la cámara con una sábana de fondo para ocultar su ubicación.

La mujer con la que supuestamente tuvo la relación apareció en el video también, sentada a su lado, aunque sin visibles rastros de maltrato. “Confirmo todo lo que ha dicho, estoy casada y mi esposo le secuestró y lo mantuvo en cautiverio”, afirmó.

Después de la bochornosa confesión, Marcelinho fue liberado y trasladado a una dependencia a bordo de una patrulla.

La historia tomó mucha más fuerza entre los hinchas de Corinthians, que temieron durante horas por el paradero de su ídolo. Y es que Carioca consiguió la mayoría de sus títulos vestido de negro y blanco: cuatro campeonatos paulistas, dos brasileiraos, una Copa de Brasil y un Mundial de Clubes (antes llamada Intercontinental).

Marcelinho tuvo sus mejores años en Corinthians. | Foto: Getty Images

Marcelinho lo niega todo

Ahora que se encuentra en libertad, el exfutbolista se pronunció sobre la presunta infidelidad y negó que lo dicho en el video fuera cierto. “Independientemente de si se trataba de una persona notoria o no, fue un trabajo brillante de la Policía, rápido, por el bien de dos vidas. Taís es mi amiga desde hace tres años, conozco a su exmarido y a sus dos hijos, es una mujer íntegra, una guerrera y están diciendo muchas cosas que no tienen que ver entre sí”, declaró ante la prensa.

“En la calle, debajo de su casa había una fiesta comunitaria, funk, todo eso. Mientras hablaban allí, llegaron tres individuos y se me acercaron. Y luego me golpearon en la cabeza y no vi nada más. Cuando subí al auto, me pusieron la capucha y no vi nada más”, relató.

Marcelinho asegura que la confesión se dio por presión de sus secuestradores. “Si te apuntan con un arma a la cabeza y te obligan a hablar, ¿qué haces? Me vi obligado a decirlo. Taís es una mujer brillante, guerrera, fuerte, trabajadora, que no tiene nada que ver, es solo amistad”, señaló.

“Vi tantas cosas, querían dinero, estaba preocupada por mi vida y la de ella. Tú, encapuchado, no ves nada, solo escuchas, pides ir al baño, agua, comida”, completó.

Después de atender a la prensa, Marcelinho apareció en un video en la sala de su casa acompañado de su familia, que lo recibió con brazos abiertos, luego de las horas de zozobra que vivieron hasta el momento del rescate efectuado por las autoridades de São Paulo.