La violencia en los estadios de fútbol no solo ocurre en Colombia. En las últimas horas se dio a conocer un reprochable acto en Brasil.
En el marco de la fecha 11 del Brasileirão se dio uno de los clásicos más importantes de São Paulo y del balompié brasileño en general. Una vez más, Santos y Corinthians se vieron las caras, en un partido en el que ambos necesitaban con urgencia los puntos, debido a que no gozan de un buen presente.
Por el lado de Santos, el cuadro peixe llegó al partido con 13 puntos, ubicándose en la casilla 13. Mientras que su rival acudió con nueve puntos, quedando en puestos comprometedores de descenso. Del mismo modo, Corinthians viene de quedar eliminado en la Copa Libertadores. Contra todo pronóstico, fue superado por Argentinos Juniors e Independiente del Valle. En la última jornada peleará por el tercer puesto para competir en la Sudamericana.
Como dice el dicho,”si allá llueve, por acá no escampa”. La actualidad a nivel internacional tampoco es la mejor para Santos. En la Copa Sudamericana quedó eliminado prematuramente. A falta de una fecha para acabar la fase de grupos, el peixe es tercero con cuatro puntos, muy lejos del segundo puesto que tiene Audax Italiano con 10 unidades. A diferencia de su rival, Santos no puede disputar otro torneo internacional.
El panorama de ambos equipos no está siendo el esperado y el clásico podía significar el repunte para alguno. Se pusieron cita en el Estadio Urbano Caldeira. Si bien hubo paridad en el juego de ambos equipos, el Timão sacó la casta y se llevó el triunfo en condición de visita. Corinthians venció a Santos por 2-0. Los goles fueron anotados en el primer tiempo por Yuri Alberto y Ruan de Oliveira Ferreira.
Con este resultado, el club blanquinegro tiene un respiro, aunque sigue estando en la parte baja de la tabla. No obstante, la victoria le sirvió para recortar distancia con sus rivales e intentar acercarse a las casillas que dan cupos a competiciones internacionales. Lo particular de la nueva edición del clásico paulista no fue tanto el resultado, sino los desmanes que los fanáticos hicieron, impidiendo acabar el encuentro al minuto 90.
Faltando cuatro minutos para el final del tiempo regular y a la espera del tiempo añadido por el juez, fanáticos de la tribuna sur de Santos empezaron a arrojar pólvora y bengalas a la cancha, poniendo en riesgo la integridad del guardameta Cássio (arquero de Corinthians), quien estaba atajando en ese pórtico.
Dada la gravedad de la situación, el árbitro Leando Vuaden suspendió momentáneamente el partido, pero finalmente decidió por darlo por terminado, debido a que se había jugado casi en su totalidad. Los jugadores de las escuadras tuvieron que abandonar la cancha con rumbo a los vestuarios escoltados de las autoridades para no verse afectados por las bengalas.
Además de la derrota del encuentro, la hinchada del peixe lanzó duras críticas contra el presidente de la Institución, Andrés Rueda; y el entrenador Odair Hellman. Los fanáticos los señalan de ser los responsables de la situación actual del Santos, lejos de aspirar al título local y sin posibilidades en torneos internacionales.
Por ahora, se está a la espera de la decisión que tome el Tribunal Superior de Justicia Deportiva. Cabe la posibilidad que la plaza se sancione con diez jornadas o, en el peor de los casos, obligar a Santos a cumplir sus encuentros en otro estadio.