El Gobierno de Alemania convocó este jueves al embajador de Turquía en protesta por el gesto realizado por un futbolista turco durante la celebración de uno de sus goles en el partido de octavos de final contra Austria, cuando hizo un símbolo empleado por una organización paramilitar ultraderechista turca, algo que llevó a la Uefa a abrir una investigación.
“El embajador turco ha sido convocado al Ministerio de Exteriores”, dijo la cartera diplomática a través de un breve mensaje publicado en su cuenta en la red social X, un día después de que Ankara hiciera lo propio en respuesta a las críticas de varios ministros alemanes contra el futbolista Merih Dermiral.
“Como anfitriones de la Eurocopa 2024, esperamos que el deporte una a la gente”, señaló después de las críticas contra Demiral por su gesto, empleado por los Lobos Grises, una organización de corte nacionalista, racista y neofascista fundada en los años sesenta en el país euroasiático.
La decisión de Berlín llega un día después de que Turquía convocara al embajador de Alemania en Ankara por las críticas contra Demiral, mientras que el Ministerio de Exteriores turco sostuvo que teniendo en cuenta que el símbolo no está prohibido en Alemania, la reacción de las autoridades alemanas a las acciones del futbolista “es xenófoba”. Además, calificó de “inaceptable” la investigación abierta por la Uefa.
El grupo, que en los setenta estuvo implicado en ataques de guerrilla contra izquierdistas y activistas en Turquía, mantiene lazos con el partido ultranacionalista Partido del Movimiento Nacionalista (MHP), liderado por Devlet Bahçeli y actualmente el principal aliado del presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan.
De hecho, el propio Bahçeli afirmó que la decisión de la Uefa de abrir una investigación contra Demiral es “una provocación” y argumentó que la decisión “es extremadamente sesgada y errónea”. Asimismo, criticó que el organismo se una “a una caravana del mal” en la que participan “grupos internos obviamente hostiles a los turcos y a Turquía”.
“Es nuestra responsabilidad común no ser presa de las provocaciones y el acoso por parte de oportunistas que quieren dañar a nuestro país en todos los aspectos y alterar nuestro clima de paz y tranquilidad interna”, señaló en su cuenta en X, antes de incidir en que es necesario “actuar con sentido común”.
Por su parte, el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, habría modificado su agenda para poder acudir el sábado al próximo partido de la selección de Turquía, que se enfrentará a Países Bajos en los cuartos de final de la Eurocopa.
Según las informaciones recogidas por el diario turco Daily Sabah, Erdoğan no acudirá finalmente a una cumbre en Azerbaiyán, a la que acudirá el vicepresidente Cevdet Yilmaz en su lugar, para poder desplazarse a Alemania. Tras ello, viajará a Estados Unidos para la cumbre de líderes de la Otan.
Demiral, de 26 años, justificó su gesto tras el partido contra Austria, a pesar de las críticas. “La forma en que lo celebré tiene algo que ver con mi identidad turca”, afirmó, antes de hacer hincapié en que su objetivo era expresar el orgullo que sentía por ser ciudadano turco. De hecho, posteriormente publicó una fotografía suya haciendo el gesto durante la celebración en X junto al mensaje “cómo de feliz es aquel que dice que es turco”.
Dicha frase, acuñada por el fundador de la Turquía moderna, Mustafa Kemal Atatürk, tiene connotaciones negativas para las minorías en el país euroasiático, entre ellos kurdos y armenios. Los Lobos Grises –ilegalizados en Francia y cuyo nombre oficial en turco es ulkuculer, que significa ‘idealistas’– son conocidos por su responsabilidad en numerosos ataques contra miembros de estas minorías.
Los Lobos Grises habrían sido responsables del asesinato de más de un centenar de alevíes en diciembre de 1978 en la ciudad de Maras y habrían estado implicados en varios conflictos en el extranjero, donde participaron como mercenarios, incluida la Primera Guerra de Nagorno Karabaj –llegando a respaldar un intento de golpe de Estado en Azerbaiyán en 1995– y en las guerras en Chechenia. Además, uno de sus integrantes más conocidos es Mehmet Ali Ağca, quien fue el responsable de un intento de asesinato del papa Juan Pablo II en 1981.