El reconocido futbolista brasileño Dani Alves lleva cerca de un mes detenido en España debido a la grave denuncia de abuso sexual que existe actualmente en su contra. La declaración de la presunta víctima lo ha puesto en una situación crítica.
Igualmente, el deportista continúa a la espera de que la Audiencia de Barcelona resuelva su recurso con el que la defensa ha pedido que le dejen en libertad provisional hasta el juicio por presuntamente agredir a una chica en la discoteca Sutton. Una delicada situación que ha afectado de lleno a su mujer, Joana Sanz.
La modelo española borró inicialmente todas las imágenes que tenía con Alves en sus diferentes redes sociales, dando a entender que estaba completamente consternada por lo que supuestamente habría hecho el lateral en el mencionado establecimiento el pasado 30 de diciembre.
Sin embargo, días más tarde apareció en la cárcel visitándolo. Visiblemente seria y sin ganas de hablar, la ibérica aseguró que no lo iba a dejar solo en el peor momento de su vida.
El viernes, por otro lado, Joana llegó a Madrid y se fue directamente al Mercedes-Benz Fashion Week para preparar el desfile que tenía con la famosa firma Lola Casademunt. Huyendo de la prensa y confesando que lo único que intentaba era retomar su vida profesional, la española se mostró parca en palabras y no dio detalles sobre la situación de su pareja.
Tras dos días de mucho silencio, la reconocida modelo decidió hablar este domingo y dejó claro ante varios medios de comunicación: “estoy feliz, estoy pletórica, como podéis ver”.
Sanz sorprendió a más de uno con estas declaraciones, pero minutos más tarde dejó ver su peor cara. Visiblemente molesta, señaló que “no” cuando le preguntaron si entiende el interés que ella suscita a la prensa por el alcance de la noticia de Dani Alves.
La empresaria, al ser preguntada por su familia, hizo gala de su enfado y se dirigió a los periodistas con tono desafiante. “Y ustedes con la vuestra, ¿todo bien? Ya que estamos de intercambio. Entiendo que estéis haciendo vuestro trabajo, pero, jolín, yo también estoy haciendo el mío”, concluyó.
De este modo, Joana evitó responder a las cuestiones sobre si ha vuelto a hablar con su marido por teléfono, si confía en él, si cree en la justicia, si está encontrando apoyo en sus amigos y familiares (algo que se ha cuestionado mucho). No cabe duda de que Sanz se quiere mantener al margen del caso legal que enfrenta su esposo.
Cabe recordar que el abogado del deportista, Cristóbal Martell, presentó hace unos días en los juzgados de Barcelona un recurso para exigir la liberación de su cliente. Asimismo, mostró que los videos de las cámaras de seguridad de la discoteca “desmienten de forma radical” la versión que dio la presunta víctima.
De acuerdo con el penalista, las piezas audiovisuales mostradas “entran en conflicto y contradicción con la descripción que hace la denunciante”, por lo que puso en duda también la explicación de la mujer sobre lo que ocurrió dentro del baño, que no está grabado.
El brasileño admitió que mantuvo relaciones con la joven catalana de 23 años en el baño de la discoteca Sutton, pero mantiene que fue “con el consentimiento de ella” y que en un principio negó los hechos por temor a la reacción de su mujer, Joana Sanz.
Alves se encuentra recluido en el patio número 13 de la prisión de Brians y comparte celda con otro brasileño, Coutinho, que trabajó como escolta del también futbolista Ronaldinho y con el que, al parecer, ha hecho una buena relación. También se ha filtrado que no se ha gastado la asignación semanal que le dan a cada preso.
*Con información de Europa Press.