Para el fútbol colombiano, con el paso de los días, las cosas pasan de ‘castaño a oscuro’ por la aparición de nuevos señalamientos sobre supuestos amaños de partidos, temas de apuestas e irregularidades recientes que estarían afectando el máximo torneo del país.
En el transcurso de la presente semana, ya se había denunciado de un caso que tenía implicado a un jugador del Envigado FC. “La directiva del club logró detectar que uno de los jugadores de su plantilla lo agarraron con las manos en la masa, vendiendo resultados, hay evidencias”, reveló el periodista Javier Hernández Bonnet.
El mencionado club, con el compromiso que todos deberían tener por no aceptar este tipo de cuestiones, fue enfático en decir que daría seguimiento al caso. A través de un comunicado, se comprometió así:
“Envigado Fútbol Club S.A. realizará todos los esfuerzos posibles para llegar al final de las investigaciones sobre el intento de afectar al equipo y al normal desarrollo de los compromisos que disputa. Temas sensibles como las apuestas deportivas y la lucha por no descender de categoría, son factores influyentes en este comportamiento de personas inescrupulosas que buscan permear nuestra institución y nuestro deporte”.
Estalla otro escándalo en el FPC
Apenas unas cuantas horas después de lo mencionado, desde Brasil han salpicado nuevamente al balompié colombiano. Quien hiciese el señalamiento fue William Rogatto, empresario brasileño acusado de manejar una red de apuestas ilegales, en nueve países, en la Comisión Parlamentaria de Investigación.
Allí, el mencionado dio a conocer que tenía pruebas para implicar a dos jueces del rentado colombiano: “Tengo videos de dos árbitros de Colombia, en la primera división del fútbol colombiano, que trabajaron para mí recientemente”.
Sin dar nombres, dichas declaraciones llegaron de manera rápida a Colombia, donde ya empezaron a tener repercusiones y, de ser cierto, se teme porque un nuevo proceso se abra para un gremio que ha estado señalado en el último tiempo.
Rogatto, quien se apoda ‘El Rey del Descenso’, en la videoconferencia ante la CPI, se declaró culpable por su participación en una múltiple cantidad de amaño de partidos. En su país, se habla de que pudo haberse visto beneficiado en el ascenso de cifras de hasta 300 millones de reales (al rededor de 230 millones de pesos colombianos).
“Tengo nueve países diferentes en apuestas, le pago mucho al deportista y también me gusta ganar. Si el presidente del equipo no está preocupado por su equipo, ¿lo estaré yo? Gano dinero perdiendo juegos, entregando juegos. Por eso me llamaron el ‘Rey del Descenso’ desde 2009″, confesó ante las autoridades de su país.
Además de eso, contó cómo es el modus operandi que maneja para terminar convenciendo a jueces de trabajar a su favor: “Un árbitro está mal pagado, el detonante del fútbol está en la mafia, que es la confederación, la CBF, que tiene reservas y no pasa”.
Para cerrar, confesó que para este es un negocio, al parecer, redondo, sin complicaciones de alto riesgo y con grandes beneficios para los ejecutantes: “Es tan simple, es una matemática tan perfecta, que no puedes ver quién no lo querría”.