Diego Forlán fue uno de los mejores delanteros de su generación y podría haberse dado por satisfecho con su extraordinaria carrera como futbolista profesional.
Cuando se retiró en 2019, Forlán había jugado para el Manchester United, el Atlético de Madrid y el Inter de Milán. Fue galardonado como el mejor jugador del Mundial de 2010 y compartió el liderato de la tabla de goleadores del torneo en Sudáfrica. Conquistó una Copa América con Uruguay, la primera corona continental en 16 años, marcando dos goles en la final.
Con 45 años, Forlán cambió el balón por la raqueta. Este miércoles 13 de noviembre se estrenará como tenista profesional cuando salte a la cancha de tierra batida del Uruguay Open — un torneo del circuito de Challengers de la ATP — para disputar un partido de dobles.
Después del anuncio de que que colgaba las botas en 2019, Forlán siguió los pasos de su padre, el también futbolista convertido en tenista Pablo Forlán, para dar vida a un sueño que se había quedado en pausa. Desde entonces, rescató la antigua pasión por la raqueta y pasó a competir en los torneos amateurs Masters de su país. Ahora, debutará profesionalmente gracias a un ‘wild card’ — una tarjeta de invitación de los organizadores - para disputar su primer campeonato ATP.
“Yo soy un ex jugador de fútbol intentando jugar al tenis”, dijo a The Associated Press tras concluir un partido preparatorio en el Carrasco Lawn Tennis Club de Montevideo.
Fue en las canchas de tierra batida de este club, situado en el exclusivo barrio Carrasco de la capital uruguaya, que el excampeón americano y ganador de dos botas de oro en España dio sus primeros pasos como tenista, una pasión que ocupó un lugar especial durante toda su adolescencia.
“Diego juega tenis desde que tiene 10 años o menos que eso. En un momento llevaba las dos carreras un poco a la par, hasta los 14, 15 años”, rememoró en diálogo con AP Enrique Pérez Cassarino, entrenador del exfutbolista en su nueva aventura en el tenis.
Pese a la brillante carrera y maestría que siempre ha demostrado con el balón en el pie — alentadas por los legados de su abuelo, padre y hermano, todos futbolistas reconocidos que llevaban el fútbol adentro de su casa — el tenis siempre fue parte de su ADN.
“Lo disfruto mucho, me encanta tener la posibilidad como un día como hoy, de venir a jugar al tenis en este club tan lindo, donde yo me crié, estuve toda la infancia. La verdad es que es un privilegio”, expresó Forlán a la AP.
Entre el 11 y el 17 de noviembre, el Carrasco Lawn Tennis Club se convertirá en el escenario del Uruguay Open, el torneo de tenis profesional masculino más importante del país sudamericano.
Será en la cancha 10, donde suele entrenar a menudo, donde Forlán disputará la categoría de dobles con el argentino Federico Coria como pareja. “Yo quiero divertirme, venir acá, entrar a esta cancha, con mucha gente, amigos, familia, conocidos. Voy a entrar a disfrutar”, explicó.
Forlán tiene claro que, pese al talento, su pasión por el tenis y su carrera futbolística “son cosas muy distintas”. Por eso, asegura que el principal objetivo que tiene con la raqueta es pasarlo bien. “Es un privilegio, un lujo, un regalo”, explicó durante la presentación oficial del certamen esta semana.
En ese sentido, destacó que, durante su adolescencia, siempre entrenó tanto fútbol como tenis - “en realidad entrenaba mucho más tenis que fútbol” - pero finalmente se decantó por el balón y el césped. “Si tenía que elegir entre uno y otro, elegía al fútbol. Siempre la elección fue el fútbol por encima del tenis”.
En el deporte más popular del mundo, el uruguayo protagonizó una destacada carrera y es dueño de un palmarés envidiable, incluyendo el cuarto lugar en el Mundial de 2010.
Ha rendido algunos frutos como tenista amateur. Desde que hizo su debut en el circuito de veteranos de la Federación Internacional de Tenis, en julio de 2023, ha disputado cinco torneos. Este año, fue finalista individual del MT400 de Asunción y, en dobles, conquistó el MT1000 de Lima.
De cara al inicio al Challenger en Montevideo, Forlán no ha realizado cambios bruscos en su rutina de prácticas, ya que “juega normalmente todos los días o cuatro veces por semana”, explicó su entrenador. Pero ambos sí han intensificado los entrenamientos técnicos, ya que las particularidades del deporte son relativamente nuevas para el exfutbolista.
“Diego es muy sólido a nivel de fondo de cancha, tiene mucho físico y lo que ha hecho últimamente al poder dedicarse más tiempo es empezar a pulir situaciones de partidos como cerrar jugadas, como ser más agresivo”, expresó Pérez Cassarino. “Obviamente todo eso lleva un proceso, un tiempo y principalmente una cantidad de partidos que él obviamente por no haberse dedicado no lo tiene jugado”.
*Con información de AP