Un millón de dólares de sueldo mensual libres de impuestos. Ese es el salario que el Mónaco le pagará al delantero colombiano Radamel Falcao García por vestir su camiseta y abandonar el Atlético de Madrid, donde es la figura más rutilante. La transacción se cerró por una cifra cercana a los 63 millones de euros y convierte a Falcao en la más costosa en la historia del fútbol colombiano.El club del principado de Mónaco le dará al samario aproximadamente 10 millones de euros anuales y el jugador podrá, además, manejar con libertad sus contratos de publicidad. En un completo artículo de su edición impresa, SEMANA había hecho un análisis del valor económico y deportivo del jugador que ahora es esperado en Bogotá para concentrarse con miras a los partidos contra Argentina y Perú por las eliminatorias al Mundial de Brasil.“Ni siquiera en los años noventa, tiempos en que Faustino Asprilla ganó dos copas de la UEFA con el Parma de Italia, Colombia había vivido una fiebre tan grande como la que ha provocado Radamel Falcao García en el Atlético de Madrid. Ni siquiera “el Boca de los colombianos” de finales de los noventa y comienzos de la década anterior provocó tanta euforia por un jugador”, informó esta revista.“Al fin y al cabo, Falcao no solo es el “colombiano que triunfa en el exterior” (como lo han hecho varios otros destacados futbolistas, entre ellos Iván Ramiro Córdoba en el Inter de Milán y Mario Alberto Yepes en el AC Milan), sino que, al igual que Faustino Asprilla en sus años de mayor esplendor en Italia e Inglaterra, es el héroe encargado de marcar los goles definitivos, con los que se escribe la historia. Además, tras su apoteosis con el Atlético de Madrid, han corrido rumores acerca del interés de equipos como Real Madrid, Chelsea y Manchester City, entre otros, que estarían dispuestos a pagar cifras que oscilan entre los 60 y los 80 millones de euros por su pase”.SEMANA contó que Falcao pertenece a una estirpe más bien rara en Colombia, la de los deportistas exitosos a los que no se les suben los humos a la cabeza. Ha sabido afrontar sus éxitos con gran humildad y mantener un perfil más bien bajo.Nada de escándalos ni polémicas. Lleva una vida privada tranquila y apacible. Su tono de voz, suave y pausado, no le hace honor a su apodo: el Tigre. Lo que ocurre es que, una vez dentro de la cancha, el cordero manso, amable con los periodistas, que casi siempre sonríe, se transforma en una implacable máquina de hacer goles.Garra, determinación y fuerza complementan su variado repertorio técnico. Hábil con el balón, le pega bien con ambas piernas y además es un eximio cabeceador. Nació en Santa Marta en 1986. Su nombre de pila combina el de su padre, quien había sido un futbolista recio y de sacrificio, y el apellido de Carlos Roberto Falcao, volante de gran talento que jugó con la muy recordada selección de Brasil que se destacó en los mundiales de 1982 y 1986.Esta mezcla de nombres resultó premonitoria ya que heredó la capacidad de sacrificio, el bajo perfil y el temple de su padre, y nació dotado con el despliegue técnico del gran volante de creación brasileño. Se crió en Venezuela, donde jugaba su padre (de milagro no fue beisbolista, el deporte que practicó de niño), y se formó como futbolista en las categorías infantiles.Al cumplir 11 años de edad, los cazadores de talentos del Ajax de Ámsterdam lo sugirieron para que se formara en el club holandés, especialista en forjar grandes figuras desde que son niños. Sin embargo, su familia consideró que era muy joven aún para separarse de sus padres. Se vinculó al equipo Lanceros Fair Play (hoy conocido como Patriotas, de Tunja) y el 28 de agosto de 1999, cuando apenas tenía 13 años, debutó ante el Deportivo Pereira.Entrenó un año con Millonarios, equipo que no se percató de su talento, y de pronto se perdió la pista de la joven promesa. Poco después se supo que Falcao se había ido a Buenos Aires y que se había vinculado a las divisiones menores de River Plate, donde hizo el tránsito desde la octava hasta la tercera división. Fueron años de sacrificio y de soledad, en los que Falcao mostró que había heredado el temple y la determinación de su padre.En 2005 debutó en el primer equipo de River, ante Instituto de Córdoba. Al comienzo parecía estar negado para el gol, hasta que el 2 de octubre anotó ante Independiente de Avellaneda. A partir de ese momento despegó su fama como goleador y representó a Colombia en el Mundial Juvenil de aquel año, en el que la selección apenas logró llegar a octavos de final. En ese torneo anotó dos goles en tres partidos. Una lesión de los ligamentos de una rodilla lo alejó de las canchas casi todo 2006 y regresó a las canchas al comenzar el nuevo año, en los torneos del verano austral que se celebran antes de que arranque el campeonato oficial. Le marcó un gol a Boca, el eterno rival de River. Daniel Passarella, el técnico de River en esa temporada, lo había denominado “el nuevo Marco van Basten”. Una comparación bastante elogiosa si se tiene en cuenta que el holandés es considerado como uno de los más grandes delanteros de la historia del fútbol mundial. Falcao se coronó campeón con River en el Torneo Clausura de 2008. Su director técnico era Diego Pablo Simeone, actual orientador del Atlético de Madrid, que acaba de coronarse campeón de la Europa League. Ese mismo año se casó con la cantante argentina Lorelei Tarón. Apenas tenía 22 años y ella 20.En la temporada 2009-2010, en la que cambió la camiseta del equipo de la banda por la azul y blanco del Porto, de Portugal, se adaptó de inmediato y comenzó a marcar goles de corrido. Aquel año anotó 36, con un promedio de 0,86 goles por partido. En la siguiente temporada ganó con su equipo la liga y la Copa de Portugal, así como la Supercopa y la Europa League, en la que marcó el gol del triunfo ante el Sporting Braga, también de Portugal. DE allí pasó al Atlético y ahora al Mónaco en donde hoy pasó los exámenes médicos y puso la firma en el acuerdo más importante que jamás haya hecho un delantero colombiano.