El arte colombiano está de luto con la muerte del artista colombiano más icónico. Fernando Botero falleció a sus 91 años, escultor paisa conocido por las esculturas de formas voluminosas.

Su deceso se dio por problemas de salud, especialmente una neumonía que lo habría tenido hospitalizado en Mónaco. En ese lugar de Francia, murió este 15 de septiembre de 2023.

“Llevaba cinco días bastante delicado de salud porque había desarrollado una neumonía”, dijo su hija Lina Botero, en declaraciones a Caracol Radio.

En su natal Medellín, la plaza de Botero es uno de los lugares más visitados por propios y extraños. Sin embargo, en Bogotá, encontró la oportunidad de tener mayor reconocimiento. En esa ciudad, Botero realizó sus dos primeras exposiciones individuales y en la galería Leo Matiz. Con la obra al óleo Frente al mar, ganó el segundo puesto en el IX Salón Nacional de Artistas.

Desde 1962, empezó su reconocimiento internacional, cuando realizó su primera exposición en el Milwaukee Art Center en Wisconsin, Estados Unidos.

Se convirtió en un ícono del arte colombiano que alcanzó récords, como las 300.000 personas en el Palacio de Bellas Artes en México o 155.000 en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.

Logró la exhibición de 31 monumentales desnudos en bronce en los Campos Elíseos, y de 120 óleos de la serie La corrida en el Grand Palais, se sumó una tercera, en la Galería Didier Imbert, que había preparado una muestra de más de 50 obras sobre papel y varias esculturas de pequeño formato de Botero.

Entre sus numerosas obras, también hubo espacio para el fútbol. Con sus trazos hizo homenaje a Radamel Falcao García.

De hecho, Falcao, goleador histórico con la Selección Colombia, le agradeció al maestro por el apoyo a su fundación.

“Agradezco al maestro Fernando Botero por unirse a esta iniciativa de Fundación Falcao. Libro Botero, edición de lujo que lanzó en Nueva York la editorial Assouline. ¡Edición limitada hecha a mano y que incluye trabajos inéditos del maestro!”, indicó Radamel.

Otra de las obras deportivas más reconocidas fue Niños jugando al fútbol, lanzada en el año 2002 y pintada al óleo sobre lienzo, 95 x 163 cm.

“A Botero le ha gustado el fútbol y también todos los deportes, como el ciclismo. Es curioso que la obra no se divulgó mucho. La tenía guardada y solo una revista la sacó a circulación”, dijo en Telemedellín Ana Piedad Jaramillo, directora de los eventos del libro en la ciudad, para esa época.

El ciclismo también fue una de sus grandes pasiones. Era amigo personal de Ramón Hoyos, ganador de cinco Vueltas a Colombia y le dedicó su obra La apoteosis de Ramón Hoyos.

Ciclista es una obra en pintura, del año 2007, 191×102 cm. Se trata de una majestuosa mujer montada sobre un monociclo en un circo, una de las fascinaciones del maestro a la hora de pintar.

Javier Zapata, ciclista colombiano de biketrial, fue uno de los pirmeros en reaccionar a la lamentable noticia.

“Buen viaje, maestro Fernando Botero”, dijo el deportista paisa.

La revista Art Review, hace más de 20 años, se puso a la tarea de hacer una lista con los diez artistas vivos más cotizados del mundo. Fernando Botero quedó de quinto. Los editores encontraron que sus exposiciones no solo habían llegado a los principales museos del planeta, sino que sus cuadros y esculturas lograron mover, ya en ese momento, casi 60 millones de dólares en el mercado del arte. En los últimos años, esa cifra se ha más que duplicado con el creciente prestigio del maestro. El ranking era apenas una confirmación de lo que ya se sabía: Botero era el primer colombiano en convertirse en un artista universal.