El piloto español Carlos Sainz (Ferrari) ha hecho historia este domingo al conquistar su primera victoria en la Fórmula 1 en el Gran Premio de Gran Bretaña, décima prueba del Mundial, una carrera en la que se rehizo después de perder su posición de poleman en la salida para ganar la partida en el tramo final a su compañero de equipo, el monegasco Charles Leclerc.

En una cita marcada por el espeluznante accidente del chino Guanyu Zhou (Alfa Romeo), que obligó a detener la carrera durante una hora, el madrileño selló su sexto podio del curso y se convirtió en el segundo piloto español de la historia -tras Fernando Alonso, que consiguió los 32 triunfos anteriores para España- en lograr una victoria en la gran carpa del automovilismo.

No le desanimó ceder la primera plaza en la salida en favor del neerlandés Max Verstappen (Red Bull), que se quedó sin opciones por un pinchazo y los problemas de fiabilidad de su monoplaza, ni tampoco que un Leclerc con más ritmo le adelantase en la vuelta 31.

Esperó con paciencia su oportunidad, que llegó a falta de 12 giros para el final con la aparición del coche de seguridad. Entró en boxes para vestir neumáticos blandos mientras el líder Leclerc se quedaba en pista. En el relanzamiento de la carrera le superó para encaminarse hacia su primera victoria en la Fórmula 1.

Por primera vez, Sainz arrancaba un Gran Premio sin nadie por delante, pero Verstappen, con neumático blando, le superó en la recta de salida para pasar a liderar la cita. En la primera curva, el tiempo se congeló al ver cómo el chino Guanyu Zhou (Alfa Romeo) saltaba por los aires y su monoplaza volcado superaba las filas de neumáticos para estrellarse contra la valla. El británico George Russell (Mercedes), con el que se había chocado, abandonó su vehículo para ir a socorrerlo.

Después de muchos minutos de tensión, los operarios del circuito conseguían sacar a Zhou, consciente, del coche para trasladarlo a un centro hospitalario. El incidente afectó también al tailandés Alex Albon (Williams), que tuvo que acudir al hospital tras estrellarse contra las protecciones; el francés Esteban Ocon (Alpine) y el japonés Yuki Tsunoda (AlphaTauri), y solo los dos últimos consiguieron estar en la nueva salida.

Casi una hora más tarde, la carrera se reanudó a 50 vueltas con los puestos iniciales, al no haberse completado ningún sector antes de la bandera roja. Esta vez sí, el madrileño retuvo su puesto de privilegio al frente de la carrera.

Sin embargo, a pesar de que Sainz logró escaparse mientras el líder del campeonato se defendía del ataque de Charles Leclerc, la lucha estaba servida. El holandés se fue acercando y dio caza al español en la vuelta 10. Pero todo saltó por los aires dos giros después.

Max comenzó a perder ritmo por un pinchazo y entró en boxes para cambiar neumáticos, una circunstancia que aprovechó Sainz para volver a ponerse al frente. Los problemas de fiabilidad en el monoplaza de la marca energética, sin embargo, no terminaron.

La duda empezaba a ser entonces la estrategia de Ferrari y si habría órdenes de equipo para que el madrileño se dejase pasar por Leclerc, mejor posicionado en el Mundial. Mientras todo esto pasaba por la cabeza de todos, Lewis Hamilton (Mercedes) rodaba a ritmo de vuelta rápida para cerrar el podio provisional.

Las paradas de Sainz y Leclerc dejaron al heptacampeón del mundo líder de la carrera en casa, y a la vez se despejaba la gran incógnita. “¿Luchamos entre nosotros?”, preguntaba el monegasco en la vuelta 31. La respuesta por radio, muy clara: “Tienes libertad para pelear”.

El adelantamiento se produjo dos vueltas más tarde, y la entrada en garajes de Hamilton permitió que Leclerc pasase a comandar la cita. Poco a poco, fue abriendo hueco con su compañero de equipo, aunque la carrera volvió a abrirse a 12 giros para el final, cuando el coche de Esteban Ocon (Alpine) se quedó detenido en la recta de meta y provocó la salida del coche de seguridad.

Hamilton, con parada ‘gratis’, entró en boxes para montar blandos, una estrategia que copió Ferrari con Sainz en un golpe de efecto para ganar la carrera. Leclerc, por su parte, se quedó sin aprovechar el safety car y con tres monoplazas con ruedas nuevas por detrás en la relanzada.

Así, Sainz superó a su compañero de equipo nada más desaparecer el coche de seguridad. La espectacular pelea entre el monegasco, el británico y el mexicano, con adelantamientos hasta el final, propició que el español pudiera escaparse, y ya nadie amenazó su día de gloria en la F1. Mientras, Pérez se garantizó la segunda posición final y Hamilton, la tercera.

Con información de Europa Press.