El fin de semana del Gran Premio de Francia no terminó de la mejor manera para la escudería Ferrari. Después de ganar la pole position el sábado y salir en el primer lugar de la grilla, Charles Leclerc perdió el control de su monoplaza por el desgaste de los neumáticos y terminó estrellándose de frente con una de las barreras.

Hasta el accidente, el monegasco había dominado la carrera, respondiendo con contundencia a los ataques de Max Verstappen y su Red Bull. Pero sus directores tomaron la decisión de mantenerlo en pista cuando ya era hora de cambiar las llantas, situación que, a la larga, sería la principal causa de su abandono.

Para ese punto del Gran Premio, el segundo era Lewis Hamilton, no obstante, el choque de Leclerc activó la estrategia de Verstappen para ponerse primero y dominar transitoriamente la competencia a falta de más de la mitad de giros en un circuito caracterizado por el desgaste de los neumáticos producto de la ola de calor que azota a Europa por esta época.

Minutos después, la transmisión oficial reveló el audio de la radio, donde Leclerc mostró su molestia con la dirección del equipo con un grito de frustración mientras esperaba que la logística lo ayudara a salir del monoplaza. “Leclerc sale sano y salvo del coche”, informó la Fórmula 1 a través de sus redes sociales.

Carlos Sainz desde el fondo

Después de confirmar el abandono de su candidato al título, Ferrari tuvo que enfocar todos los frentes en Carlos Sainz y una remontada desde el último lugar de la grilla de partida. El español realizó cambios en el motor para este fin de semana y, por lo tanto, fue sancionado con el último lugar en la pole al igual que Kevin Magnussen (Haas).

“En términos de velocidad es el mejor fin de semana hasta ahora. Había potencial para haber hecho la pole, pero toca penalizar y dar rebufo, creo que he ayudado y hemos ejecutado un buen fin de semana hasta ahora”, dijo Sainz después de haber apoyado a su compañero para la victoria el sábado.

Este abandono seguramente traerá consecuencias inmediatas en el mundial de pilotos, donde Verstappen puede sacar nuevas ventajas de cara a la segunda parte de la temporada. Leclerc tenía la posibilidad de ganar y seguir descontando unidades frente a su máximo rival, pero los problemas con el auto y las decisiones de su equipo vuelven a jugarle en contra.

En Austria, hace dos semanas atrás, los ‘tifosi’ se quedaron sin el 1-2 en la carrera a raíz del problema con el monoplaza de Sainz que prendió fuego en la parte final del Gran Premio. En la vuelta 57, cuando rodaba en puestos de podio, el madrileño tuvo que retirarse de la pista tras la rotura del motor y salir de un vehículo envuelto en llamas; era su cuarto abandono del año.

El día del Cavallino Rampante todavía pudo acabar peor, pero Leclerc consiguió sobrevivir a los problemas con el pedal del acelerador que afectaron a su monoplaza en el tramo final. Con ello, firmó su tercera victoria del curso, la quinta en su trayectoria en la Fórmula 1, regresando entonces a la segunda posición de la general de pilotos, a 38 puntos de Verstappen.

Sainz analizó lo sucedido en el momento en el que detuvo su monoplaza en la vuelta 57, en el que tuvo que salir de un vehículo en llamas. “Estaba en una cuesta arriba. De repente he visto fuego en el coche, he intentado salir, pero se iba hacia atrás. Estuve llamando a los ‘marshals’ para que viniesen a parar el coche y apagar el fuego, no sé por qué han tardado tanto en venir, me he tenido que tirar del coche. Habrá que ver qué se puede hacer en ese aspecto la próxima vez”, finalizó.