Quincy Promes, atacante neerlandés del Spartak de Moscú, se encuentra nuevamente en el centro de la polémica. Después de ser juzgado en Países Bajos por apuñalar a un primo, ahora enfrenta acusaciones de importación de cocaína, según anunció la Fiscalía el martes 30 mayo.
El jugador de 31 años, junto con otro compatriota de la misma edad, está acusado de importar “varios centenares de kilos” de cocaína en enero de 2020, principalmente a través del puerto de Amberes en Bélgica, informó el Ministerio Público a la agencia AFP. La cantidad exacta rondaría los 1.370 kilos.
Promes, quien ha tenido una destacada trayectoria en clubes como el Ajax y ha sido internacional con Países Bajos, ya estaba bajo sospecha de participar en el tráfico de drogas y pertenecer a una organización criminal.
Se espera que la audiencia preliminar tenga lugar el próximo lunes, según informes de la prensa local. Sin embargo, el jugador no estará presente debido a sus obligaciones contractuales con su club, según informó la agencia de noticias neerlandesa ANP.
En un caso aparte, en marzo, la Fiscalía neerlandesa solicitó una condena de dos años de prisión para Quincy Promes por apuñalar a un primo durante una disputa en julio de 2020. Inicialmente, el futbolista había sido acusado de intento de homicidio, pero tras diversas declaraciones, la Fiscalía determinó que no había pruebas suficientes para establecer que su objetivo era asesinar a la víctima.
Promes empezó a destacarse en 2014 cuando llegó al Spartak de Moscú. Su habilidad para marcar goles y su velocidad lo convirtieron en uno de los jugadores más destacados de la liga rusa.
Tras cuatro temporadas con el equipo de Moscú, tuvo un paso por el Ajax y el Sevilla, para luego volver al Spartak.
El jugador también participó en la Eurocopa en junio de 2021 con la selección neerlandesa, aunque principalmente como suplente, y desde entonces no ha sido convocado al equipo nacional. Estas nuevas acusaciones y su situación legal sin duda plantean serias interrogantes sobre su futuro en el fútbol profesional.
Otros casos de futbolistas salpicados por el narcotráfico
El mundo del fútbol ha sido testigo de numerosos casos en los que jugadores profesionales se han visto involucrados en escándalos relacionados con el narcotráfico.
Uno de los casos más notorios es el del futbolista paraguayo Salvador Cabañas. En 2010, Cabañas fue víctima de un tiroteo en un bar de Ciudad de México, que lo dejó gravemente herido en la cabeza. Sin embargo, después del incidente, surgieron informes de que Cabañas tenía presuntos vínculos con el narcotráfico y que su agresión estaba relacionada con disputas entre grupos delictivos.
El caso del futbolista colombiano John Viáfara ha sido uno de los más impactantes en lo que respecta a la relación entre futbol y narcotráfico. Viáfara, reconocido por su trayectoria en clubes como el Once Caldas y el Southampton, fue arrestado en 2019 y posteriormente extraditado a Estados Unidos por cargos relacionados con el narcotráfico. Según las autoridades, Viafara presuntamente utilizó su posición como futbolista para facilitar el transporte y distribución de drogas, especialmente cocaína.
A esta lista se suma el español Sergio Contreras, conocido como Koke, quien admitió en hace unas semanas ser líder de una red de narcotráfico en la ciudad de Málaga. Este exfutbolista, a menudo confundido con el centrocampista del Atlético de Madrid, proporcionó información crucial durante la investigación y finalmente aceptó una sentencia de seis años de prisión para poner fin al juicio que se inició el pasado 27 de marzo, después de varios años de prolongación. Medios españoles tuvieron acceso a la documentación, que incluye a Koke como parte del grupo responsable de establecer una ruta ilegal de drogas.