El presidente de la FIFA Gianni Infantino instó este viernes a una reforma del calendario internacional a partir de 2024, asegurando que se parte de “una hoja en blanco” en este tema que suele ser fuente de conflictos entre los diversos actores del fútbol mundial.
“El punto de salida no es ‘el calendario está lleno y por eso nada cambia’”, advirtió el dirigente al comienzo del 71º congreso de la FIFA, organizado por videoconferencia este viernes.
“El punto de partida es exactamente el contrario. Partimos de una hoja en blanco y estamos abiertos a todos los puntos de vista y opiniones para mejorar el calendario internacional”, añadió.
Infantino evitó defender posiciones personales en este terreno minado, contentándose de reiterar su intención de “encontrar una fecha” para su Mundial de Clubes ampliado a 24 equipos, pese a las reticencias que provoca este torneo.
Pero sí defendió que la FIFA debe jugar un papel clave en la reforma del calendario, en tanto que “único organismo” que “genera” y “redistribuye” sus ingresos “en el mundo entero”, a diferencia de las ligas y de las confederaciones continentales.
Desde hace semanas, la instancia suprema del fútbol defiende la idea de un Mundial cada dos años, una idea atractiva para los difusores televisivos, pero que amenaza con enojar a los campeonatos nacionales, a las confederaciones y a todos los clubes que constatan el agotamiento de los jugadores.
Resucitando un viejo proyecto nunca realizado, el francés Arsene Wenger, ahora director de desarrollo de la FIFA, defendió el pasado 3 de marzo en una entrevista al diario Le Parisien la organización “cada dos años” de la Copa del Mundo, la Eurocopa y los otros campeonatos continentales “y acabar con el resto” de torneos.
Idea que fue calificada como “irreal” por la Asociación de Ligas Europeas, que agrupa a una treintena de campeonatos del continente, la idea figura en un informe entregado la semana pasada por Wenger, que recomendó el sábado “dedicar cada final de año a una gran competición”.
Semejante reforma supondría el final de los lucrativos partidos amistosos, reorganizaría las fases de clasificación, atrasaría los torneos continentales programados dos años después del Mundial e impondría a los clubes la liberación de sus internacionales cada verano (boreal), con lo que se retrasaría su incorporación a sus equipos y aumentaría los riesgos de lesiones.
Pero el simple hecho de hacer “un estudio sobre la posibilidad y las consecuencias de la organización” del Mundial masculino y femenino “cada dos años”, idea de la que se habla en las últimas semanas, tiene el efecto de una bomba.
El impacto económico también es incierto. “Atención al riesgo de convertir al producto en menos especial, por lo que menos prestigioso”, señaló a la AFP Raffaele Poli, responsable del observatorio de fútbol CIES, en Neuchatel (Suiza).
Como ocurre a menudo, Infantino cultiva el misterio sobre sus intenciones. A finales de marzo aseguraba estar abierto “a todo” sobre el calendario internacional más allá de 2024 y a principios de mayo prometió “conversaciones interesantes” sobre las propuestas de Wenger.
Su prioridad es mantener el espacio para su Mundial de Clubes ampliado a 24 equipos, proyecto aplazado por la pandemia, combatido desde sus inicios por la UEFA y la Conmebol, y que permitiría a la FIFA reforzar su posición en el lucrativo mundo del fútbol de clubes.
Con información de la AFP.