El octogonal final de 1983 ha logrado crear una enorme expectativa, que hasta el momento se ha traducido en un éxito de taquillas sin precedentes en la historia del fútbol colombiano. Recaudaciones que superan en muchos casos los seis millónes de pesos por partido son el reflejo del interés que este año ha despertado el campeonato de fútbol profesional. Son varias las causas posibles de esta bonanza, que paradójicamente están gozando de buena parte de los equipos acusados por el ministro de Justicia de estar manejados por el narcotráfico. Una de las razones del éxito de este octogonal ha sido el equilibrio de fuerzas mostrado por cuatro de los ocho finalistas. Mientras que el año pasado fue propiedad exclusiva de un América que acaparó todas las posiciones de privilegio hasta proclamarse claro campeón dos fechas antes del final, en esta ocasión Junior, Nacional y en menor grado Millonarios han mostrado un nivel similar al del América. Fuera de eso, el Santa Fe se convirtió en los últimos cuatro meses en un equipo "boom", famoso por su capacidad goleadora y su espíritu de lucha, lo que asegura llenos completos cuando juega de visitante. Por su parte el Deportivo Cali se ha ido recuperando poco a poco y ahora está metido en la pelea a pesar de no contar con nóminas lujosas como la del Nacional, el Junior o el América. Caldas y Medellín, los menos opcionados, ya han frenado, por lo menos en alguna ocasión, el paso de equipos grandes.Otra razón es la presencia de grandes jugadores en todos los equipos. Titulares de selecciones nacionales de Argentina, Uruguay y Paraguay, integrantes de equipos que asistieron a campeonatos del mundo y craks de reconocida trayectoria están al lado de la mayoría de las estrellas del fútbol colombiano. Cada partido es atracción, ya sea por la necesidad de apoyar a su equipo que siente el hincha, como el interés de ver jugar a las figuras del equipo visitante.Al haberse clasificado los seis equipos de Bogotá, Medellín y Cali, han sido y serán muchos los clásicos de estas ciudades que garanticen llenos completos. Además, Junior y Caldas siempre han atraído al público. Por último, varios equipos han mostrado buen fútbol, respeto por los aficionados, interés por buscar goles y no tanto por evitar de cualquier manera que el rival no juegue. Se han visto grandes partidos como Santa Fe-América, Junior-Medellín, Caldas-América y Cali-América. Solamente Millonarios y el Medellín están en deuda con su hinchada por su poco poder ofensivo. Los seis restantes equipos se han comportado a la altura y aseguran buenas entradas cuando juegan en cualquier plaza.Las cifras hablan solas. Santa Fe, Millonarios, 14 millónes de pesos de recaudación; América-Cali, 8 y medio millónes; Cali-Santa Fe, 10 millónes. Junior-Santa Fe, 7 y medio millónes. Estos son ejemplos de algunas entradas, cuando apenas se han jugado siete fechas, y quedan por delante los partidos que definen el campeón. En el caso del Junior las taquillas indican más la poca capacidad del estadio que el fervor que provoca el Junior, un equipo capaz de llenar un estadio como el Campín y que debe resignarse a jugar en el Romelio Martínez, donde a los sumo caben 22 mil aficionados.El fútbol espectáculo en toda su magnitud. Planteles repletos de estrellas, lindas exhibiciones deportivas y un alto nivel técnico. Tribunas llenas cada tercer día en cuatro estadios distintos, recaudaciones millonarias que pretenden estabilizar las economías de los ocho clubes en contienda. Este panorama de lujo de pronto se verá este año por última vez. Porque las acusaciones del señor ministro de Justicia están amenazando indirectamente la presencia de tantas estrellas en los equipos. A corto plazo puede obligarse a los equipos a prescindir de las figuras extranjeras. A largo plazo, esa supuesta marcha atrás podría obligar a los clubes a pensar más en los colombianos, con lo que por fin podría abrirse camino una identidad de nuestro fútbol. Pero esa historia nada tiene que ver con el octogonal, donde una serie de jugadores están justificando la validez del fútbol espectáculo, así sean uruguayos, argentinos, peruanos o colombianos. -