El Comité Olímpico Internacional (COI) recomendó una prohibición histórica de los rusos y bielorrusos en el deporte mundial, y la Fifa no tardó en cumplir con su parte: Rusia fue excluida este lunes del Mundial de Fútbol, competición planetaria que albergó hace cuatro años.
Las diferentes selecciones y los clubes rusos fueron privados “hasta nueva orden” de toda competición internacional, una decisión conjunta de la Fifa y la Uefa, esta última confirmando además la rescisión de su contrato de patrocinio con el gigante del gas Gazprom, estimado en 40 millones de euros anuales (unos 45 millones de dólares).
Para la selección nacional, eso significa que no habrá repechaje el 24 de marzo contra Polonia, que de todas formas había mostrado su negativa a jugar el partido.
La Federación Rusa se mostró “en total desacuerdo” y estimó que esa medida “tendrá un efecto discriminatorio evidente sobre gran número de deportistas, entrenadores, empleados de clubes o de la selección.
La Euroliga suspendió también a los tres clubes rusos que participan en la competición estrella del básquetbol europeo, pero las sanciones de la Fifa y la Uefa son las que plasman de manera más espectacular la recomendación del COI, que rompió con su tradición de neutralidad política.
Si el COI fuera masivamente seguido por las federaciones internacionales, Rusia se uniría a la Yugoslavia de Slobodan Milošević y a la Sudáfrica del apartheid en la historia de los grandes parias del deporte internacional.
Otras federaciones están ya bajo presión, como la de voleibol, que no se ha expresado, pero que ya sabe que Francia y Polonia, vigentes campeonas olímpicas y del mundo, respectivamente, boicotearán el Mundial del próximo verano (boreal) si sigue organizado en Rusia.
Al mismo tiempo, varias tenistas ucranianas instaron a la WTA a reaccionar, sorprendidas por su silencio.
Para justificar su recomendación, que se produce a unos días del inicio de los Juegos Paralímpicos de Pekín (4-13 de marzo), el COI plantea un ‘dilema’: “Mientras los deportistas de Rusia y Bielorrusia podrían continuar participando en eventos deportivos, numerosos deportistas ucranianos no pueden hacerlo debido al ataque contra su país”.
Para resolverlo, “recomienda a las federaciones internacionales de deportes y a los organizadores de eventos deportivos no invitar o permitir la participación de deportistas y de representantes oficiales rusos y bielorrusos en competiciones internacionales”.
Además, como medida simbólica, el COI anunció en el mismo comunicado que retira la Orden Olímpica al presidente ruso Vladimir Putin.
Stanislav Pozdniakov, presidente del Comité Olímpico Ruso, consideró en un comunicado que la decisión del COI “va contra la reglamentación y la carta olímpica, en primer lugar el espíritu del movimiento olímpico, que tiene por vocación unir y no dividir, sobre todo cuando se trata de deportistas o de igualdad de los participantes en el movimiento olímpico”.
La cuestión es particularmente urgente para los Juegos Paralímpicos, que comienzan el viernes en Pekín.
“Cuando, en circunstancias muy extremas”, adoptar estas medidas, “no es posible a corto plazo por razones organizativas o jurídicas, el COI deja a la organización buscar su propia vía”, reiterando su “pleno apoyo al Comité Paralímpico Internacional (CPI) y a los Juegos”, señaló el ente.
Rompiendo su tradicional exigencia de neutralidad de los deportistas, el COI celebró “los muchos llamados a la paz lanzados por los deportistas, los responsables deportivos y los miembros de la comunidad olímpica mundial. El COI admira y apoya en particular los llamados a la paz de los deportistas rusos”.
El tenista Andrey Rublev, el jugador de hockey sobre hielo Alex Ovechkin o el ciclista Pavel Sivakov mostraron claramente su oposición a la guerra iniciada por su país.
Pero ahora se ven amenazados con pagar un precio profesional elevado si sus federaciones internacionales siguen las recomendaciones del COI. Para el futbolista internacional Fedor Smolov ya es el caso.
Sin esperar al COI, varios países ya habían indicado que rechazan la presencia de rusos en su territorio para disputar competiciones.
La final de la Liga de Campeones le fue retirada a San Petersburgo por la Uefa, que está cerca de romper su contrato de patrocinio con Gazprom, y el Gran Premio de Rusia de Fórmula 1 en Sochi fue anulado, siete meses antes de su celebración prevista.
Interrogado por la AFP antes de la nueva declaración del COI, Pim Vershuuren, investigador en geopolítica del deporte, estimó que las “decisiones tomadas esta semana son históricas, como medida de choque”.
*Con información de la AFP.
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