En la lucha por evitar el descenso, en Brasil, Ceará y Cuiabá empataron 1-1 en un partido que terminó antes del tiempo reglamentario por invasión de campo. Deyverson, en el minuto 82, adelantó a Cuiabá, pero Jo, en el descuento, salvó un punto para los cearenses.

Tras el gol de Ceará, aficionados de este equipo se ensalzaron en una gran pelea que terminó con centenares de aficionados entrando al campo para alejarse de los incidentes, con lo que el árbitro optó por finalizar el encuentro. El empate permite al Ceará ser el primer equipo fuera del descenso, con tres puntos más que el Cuiabá, primer equipo en la zona roja.

Cuando el conjunto local logró el empate, ya la revuelta estaba lanzada en la tribuna, donde varios aficionados se pelearon entre ellos y provocaron que algunas familias invadieran el campo para alejarse del peligro. No obstante, los barristas aprovecharon la confusión para intimidar a los futbolistas, entre ellos el colombiano Stiven Mendoza, que tuvo que salir corriendo hacia los vestuarios.

En el video se ve cuando la policía pierde el control de las invasiones y la cancha se llena de hinchas corriendo sin control, mientras los jugadores corren hacia el túnel buscando refugio.

Caio Max Augusto, árbitro del encuentro, decidió darlo por terminado al ver que las condiciones no estaban dadas para disputar los últimos minutos. “Once minutos después del inicio de la invasión, me comuniqué con el comandante general de la policía, el Sr. Eduardo Souza Landim, teniente coronel del batallón de choque, quien no me dio garantía de seguridad para reiniciar el partido”, dice en el informe.

António Oliveira, entrenador de Cuiabá, equipo visitante en esta ocasión, lamentó lo sucedido e hizo un llamado a los aficionados brasileños. “El fútbol no es eso, es pasión, es amor. Es un juego fantástico, que mueve multitudes, genera emociones, en el que nunca tendrá cabida la violencia. Creo que el fútbol debe tener un conjunto de principios y valores, que deben ser catapultados a una forma de ser y estar en la vida, y no un espacio donde se generarán las frustraciones de la gente”, señaló en rueda de prensa.

A través de un comunicado oficial, el Ceará rechazó los hechos y dio un parte de lo sucedido en el estadio Arena Castelao. “Debido a una confusión en uno de los sectores de Arena Castelão, fue necesario evacuar parte de la multitud por razones de seguridad y una decisión técnica de la Policía Militar”, explica el club.

“El club también informa que brindó todo el apoyo ambulatorio a la afición, sin contar los casos de lesiones graves. Junto con los cuerpos de Seguridad Pública, está adoptando medidas para identificar y sancionar a los implicados en los hechos reprochables”, añade el comunicado.

En ese sentido, enviaron una disculpa a las familias afectadas por lo sucedido. “A nuestra afición, nuestra solidaridad y una sincera disculpa. Reforzamos nuestro compromiso de mantener nuestros recintos deportivos como entornos seguros para las familias, entendiendo que al fútbol lo mueve la pasión y es un mecanismo fundamental de inclusión, confraternización y entretenimiento. Siempre lucharemos por la paz, dentro y fuera de los estadios”, completó Ceará en su cuenta oficial.

Ceará podría enfrentarse a la sanción de su estadio de cara a las últimas seis jornadas del campeonato, en las que necesita seguir sumando para mantenerse en la primera categoría del fútbol brasileño. Actualmente, se encuentra en la casilla 16 y le saca tres puntos a su rival de este domingo, que desaprovechó la oportunidad de haberse llevado una victoria dorada en las aspiraciones de escapar de la incómoda zona de descenso que comparte con Goianiense, Avaí y Juventude.