América de Cali acumuló su cuarto partido consecutivo sin ganar y ya preocupa teniendo en cuenta la inversión que hizo la junta directiva para la contratación de jugadores como Edwin Cardona, que ante Independiente Medellín anotó su primer gol, aunque no alcanzó para evitar la dolorosa derrota en el estadio Pascual Guerrero (1-3).
Lucas González, técnico del cuadro escarlata, fue el gran señalado por la hinchada, que le exige resultados de manera inmediata. El bogotano llegó hace un par de meses procedente de Águilas Doradas para tomar el lugar de Alexandre Guimaraes, quién fue destituido inesperadamente a pesar de haber clasificado a los cuadrangulares finales.
La travesía de González en América arrancó bien con una victoria sobre el Deportes Tolima, sin embargo, de ahí en adelante, todo han sido decepciones para la afición. Primero cayeron ante Nacional en la idea de los octavos de Copa Betplay (1-3) y luego encadenaron un par de empates ante Pasto y Equidad.
Este domingo, la Mecha tenía la posibilidad de volver a sumar de tres en su casa, pero se encontró con un Medellín muy efectivo en ataque. Dos penales en el primer tiempo y un gol más sobre el final del partido sentenciaron la victoria del Poderoso, que escaló hasta la segunda posición del campeonato con los mismos puntos del Atlético Bucaramanga.
Ante esta nueva derrota, la hinchada de América explotó de la peor manera posible. Durante el segundo tiempo, varias tribunas se unieron al canto de “Lucas mari..., Lucas mari...” y recibieron el rechazo en redes sociales por parte de quiénes incluso los llegaron a tildar de homofóbicos.
Tras el pitazo final, el entrenador de 42 años se dirigió inmediatamente al camerino por la manga inflable del estadio, buscando evadir posibles agresiones de los hinchas ubicados en la tribuna occidental.
Comprometido a revertir la situación
En rueda de prensa, González aseguró que trabajarán a fondo esta semana para salir del bache en el que se encuentran. “Enfrentamos un partido donde nos remataron cinco veces, dos fueron de penal y otro fue un contragolpe cuando nosotros ya estábamos jugados. Tenemos que corregir y vamos a hacer todo lo posible por hacerlo”, dijo.
América una vez más se caracterizó por tener la pelota y moverla constantemente, algo que no funcionó para vencer al DIM. “Hoy es el partido donde más posesión hemos tenido, creo que fue por encima del 72%. Hicimos 496 pases y 416 acertados, frente a 124 del Medellín. Pero no logramos que eso se traduzca en remates. Debemos seguir entrenando en cómo podemos poner un jugador cerca al área”, explicó el estratega bogotano.
“Las alternativas las estamos buscando constantemente, lo último que queremos ser es predecibles. Más allá que la idea sea atractiva, lo que queremos es ganar, necesitamos ajustar los detalles, que nuestra portería se mantenga en cero y así podemos crear opciones para marcar gol, pero si empezamos perdiendo el equipo contrario se va a meter atrás y va a ser muy difícil. Eso es lo que pasa y lo debemos mejorar”, agregó.
Al respecto de las críticas que arrecian desde la tribuna, Lucas sólo se remitió a decir que entiende la frustración del americano. “El hincha es perfectamente normal que se sienta así cuando su equipo pierde, cuando vienen a verlo, eso me pone triste a mí como entrenador y a los jugadores también”, aseguró.
“Tuvimos la mala suerte de regalar esos dos penaltis, porque el equipo contrario no hacía mucho para estar en esa situación. El primero es una impudencia de un pie que está muy alto y el segundo un balón controlado. Nosotros intentamos crearle opciones a un equipo que ya quiere que el partido termine y están metidos muy atrás, intentamos un cambio en la media parte, mientras estuviera 0-2 podríamos marcar como pasó e ir a tomar esos riesgos”, completó.
El siguiente reto de América será el jueves en el Atanasio Girardot, enfrentando por Copa a un Nacional que tiene la ventaja 3-1 en el marcador global.