Irán pasa por un momento sin precedentes en su historia producto de las protestas sociales que desencadenó la muerte de Mahsa Amini, mujer presuntamente asesinada por la ‘policía de la moral’ bajo el argumento de llevar mal puesto el hiyab.
Los hechos que son materia de investigación han desatado una ola de manifestaciones en suelo iraní, mismas que han sido apoyadas por cientos de movimientos feministas alrededor del mundo. Tal ha sido la repercusión de lo sucedido que incluso tocó las puertas del fútbol, siendo la selección de mayores, dirigida por Carlos Queiroz, la última en levantar su voz como apoyo a la causa de las mujeres.
Durante los actos protocolarios del amistoso ante Senegal, los jugadores y miembros del cuerpo técnico salieron con una chaqueta negra sin el escudo de la selección y así se mantuvieron hasta el final del himno, cuando se tomaron la foto todos juntos, un gesto que pretende demostrar que los rumores de una división por posiciones políticas y religiosas al interior del vestuario son falsos.
Lo cierto es que la situación al interior del combinado iraní es delicada, pues la orden es que cualquier manifestación será castigada con la expulsión del jugador que lo haga y, por ende, su exclusión del equipo que elegirá Queiroz para el Mundial de Catar 2022.
Sardar Azmoun, una de las figuras del equipo, hizo caso omiso a las recomendaciones y levantó la voz a través de su cuenta de instagram. “El último castigo será mi expulsión de la selección nacional, pero es un pequeño precio a pagar por un solo mechón de pelo de las mujeres iraníes. Siento vergüenza por lo fácil que es matar al pueblo. Vivan las mujeres iraníes”, escribió.
Ante Senegal, Azmoun inició el partido desde el banquillo, lo que abrió rumores sobre un castigo por sus publicaciones, no obstante, ingresó en la segunda parte y marcó justamente el tanto del empate 1-1 con el que llegó el pitazo final. Queiroz le mostró su apoyo en la rueda de prensa y aseguró que el deber de todos los compañeros es “abrazarlo y ayudarlo en esta difícil situación”.
Durante la estadía de la selección de Irán en Austria, donde disputó sus dos amistosos en esta fecha Fifa, se presentó un hecho que deja al descubierto la presión del gobierno de ese país al equipo nacional. Una periodista, identificada como Isabelle Latifa Barker, en el desarrollo de su trabajo para el periódico británico The Sun quiso entrevistar al técnico Carlos Queiroz y recibió un requerimiento puntual del staff: usar un hiyab, pese a que ni ella ni su entrevistado profesan el Islam.
Según explicó la mujer a través de sus redes sociales, el hecho tuvo lugar el pasado sábado, a las afueras del hotel en que se hospedaba la Selección de Irán, tras haber disputado un partido ante Uruguay (1-0). Contó que el pedido no vino del entrenador, ni de alguno de los jugadores, quienes, por el contrario, se mostraron muy respetuosos con ella.
El hecho evocó el recientemente sucedido en Estados Unidos, donde una reportera de CNN, Christiane Amanpour, canceló su entrevista con el presidente de Irán ante el requerimiento de este de que ella portase un hiyab.
No obstante, a diferencia del episodio en Estados Unidos, el ocurrido a la periodista de The Sun estuvo marcado por el beneplácito de la mujer, que accedió a buscar la tradicional prenda; pese a no conseguirla, en tanto las tiendas estaban cerradas, tuvo que recurrir a improvisar uno, usando una camiseta negra de su expareja.
Debido a la sorpresa que suscitó la aparición de la reportera empleando la prenda en la cabeza, esta tuvo que entregar explicaciones. Advirtió que al momento en que conoció el requerimiento de los miembros de la seguridad de la Selección de Irán “no podía creer lo que me pedían y todavía me preguntaba si debía ceder o hacer mi propia protesta”.