Jaime Echenique, que hizo historia al convertirse en el primer colombiano en jugar en la NBA, aprovechó al máximo esa experiencia de apenas diez días para “madurar” como jugador y ahora está dispuesto a demostrar que merece un lugar en la mejor liga del mundo. “Estar en la situación en la que estoy no es el final, es el comienzo de algo más grande que yo”, declaró el pivot de Barranquilla a la prensa en Washington, donde vuelve a jugar con su equipo, el Capital City Go Go.
“Mi parte es jugar bien, mostrar que estoy haciendo las cosas bien para demostrar que merezco estar en la NBA”, añadió Echenique, que hizo historia en el deporte colombiano el 30 de diciembre, al entrar tres minutos contra los Cavaliers.
A finales de 2021, los Washington Wizards le ofrecieron un contrato de diez días, un sistema de urgencia que han utilizado varios equipos de la Liga para hacer frente a los estragos de ómicron, altamente contagioso, en sus filas. De esos días se lleva “el factor experiencia”.
“Muchos jugadores me enseñaron a ver el juego de otra manera. Ese aprendizaje lo llevas y lo compartes con otros jugadores también”, cuenta Echenique, que pese a sus 24 años transmite un gran aplomo. “Me ayudó mucho a madurar” en el juego. “Para muchos son solo diez días, pero son diez días de intenso aprendizaje, que ves ahí una experiencia de otro mundo”.
De regreso al Capital City Go Go, equipo filial de los Washington Wizards que juega en la G-League, la liga menor de la NBA, no descarta que lo vuelvan a llamar en algún momento. “Me siguen diciendo que estoy para cosas grandes, que siga así, que definitivamente soy un jugador de talla y no cabe duda de que ellos piensan que en cualquier momento estoy en la NBA otra vez”, afirmó hablando de su entorno.
La experiencia le ha gustado y se la ha tomado como un honor, pero con humildad. “Creo que la gente está más emocionada que yo”, reconoce con modestia. Para él, fue “como otro día en la oficina” porque “no significa que me detenga ahí, queda mucho trabajo por hacer”. Todo “es cuestión de tiempo, de (aprovechar) la mejor oportunidad que venga y dejarlo en las manos de Dios”, declaró el pivot, homenajeado el martes por la embajada colombiana en la capital estadounidense.
“Salir de casa”
Desde aquel día en que, en el centro de enseñanza de secundaria de Colombia donde estudiaba, vio un cartel que decía “si quieres jugar al baloncesto ven a tal hora” hasta hoy, Echenique ha tenido que poner mucho de su parte. “A veces quise dejarlo. Seamos honestos: estar lejos de la familia es muy difícil, estar en una cultura diferente es muy difícil (...), sin dinero”, admitió. Pero valió la pena. Irónicamente la pandemia, que tantas puertas cierra, a él le ha abierto una: la de la NBA, la meca mundial del baloncesto.
Tras esa experiencia y todos los sacrificios que ha hecho, su presente y su futuro se los imagina jugando en Estados Unidos, un escaparate que le sirvió para destacar. “El tema salir de casa marca la diferencia. Lastimosamente en Colombia no tenemos ese factor de competitividad que nos ayuda a jugar más partidos durante el año” y “no tenemos una liga suficientemente fuerte que nos ayude a mostrar” lo que valemos, reconoce el pivot, que espera que se invierta más en baloncesto en su país para las futuras generaciones.
Con la misma alegría que identificaron sus compañeros durante diez días, Echenique sueña con jugar una temporada entera en la NBA y consolidarse como una leyenda del deporte colombiano.
*Con información de la AFP.