Este sábado se lleva a cabo la final de la Copa Libertadores de América, la cual se disputa entre Flamengo y Atlético Paranaense, dos equipos brasileños que dejarán la bandera de su país en lo más alto. No obstante, el duelo definitivo ha tenido un sinnúmero de críticas en contra del máximo ente del fútbol sudamericano, Conmebol, por su idea de tener una final en suelo neutro, algo que no ha sido del mayor atractivo para los fanáticos en este lado del planeta.
Con el objetivo de imitar lo hecho en Europa, donde la final de la Champions League se juega cada año en distinto país, la Conmebol decidió hacerlo en los últimos años, sin embargo, el ente no ha contado con gran afluencia de público, debido a las distancias entre países de este lado del planeta.
Ante este panorama, un mar de polémicas se han levantado en las últimas horas por la final de este 2022 que se disputa en Ecuador. Durante la última semana, la boletaría era precaria para un duelo de esta magnitud. Un total de 11.000 boletas de 60.000 se habían vendido, algo que generó mucha discordia.
Con el afán de vender las entradas, varios fanáticos confirmaron que con la compra de una, daban otra gratis. “Básicamente se convirtió en un ‘2x1′”, dijo Logroño, un fanático que compartió el inusual mensaje. Lo recibió con extrañeza y duda. En otrora, las entradas para un partido de esta categoría eran rapadas.
La fórmula de imitar el modelo europeo pareció no funcionarle a la Conmebol que ha recibido críticas. Una de las más fuertes fue hecha por el reconocido periodista colombiano Iván Mejía, quien mediante su cuenta de Twitter lanzó un duro comentario en contra de los directivos del ente, donde se ve involucrado el presidente de la FCF, Ramón Jesurún.
“Sabían que hoy se juega la final de la Libertadores?. A nadie interesa, los ineptos y torcidos de la Conmebol acabaron con ese torneo. Domínguez, Jesurún y los demás directivos son unos mentecatos que solo piensan en sus “negocitos”. Ya viene Fifagate 2″, escribió en sus redes sociales.
La final estuvo en alerta
Antes del desencanto con las entradas, Guayaquil estuvo en duda como sede del partido cumbre del torneo de clubes más importante de América. El narcotráfico permeó este puerto hasta convertirlo este año en uno de los epicentros de la violencia de la región por la disputa entre bandas al servicio de los carteles.
Especialmente en las cárceles, fortín de las organizaciones ilegales, los homicidios se dispararon en 2022. Van 1.200, 60% más que en el mismo periodo de 2021. El fin de semana previo a la final, la ciudad registró 21 asesinatos, cometidos en su mayoría por sicarios.
Las autoridades, que catalogaron el partido como el “evento deportivo más grande que haya organizado” Ecuador “en los últimos tiempos”, dispusieron de 10.000 policías y 500 miembros de las Fuerzas Armadas.
También de 736 cámaras de vigilancia ubicadas en las calles y alrededores del estadio, anclado en uno de los suburbios aquejados por la mafia en la capital económica del Ecuador.