James Rodríguez vivió entre 2021 y 2022 el que para muchos es el capítulo más oscuro de su carrera profesional. Luego de haber recobrado la confianza en el Everton, el futbolista colombiano se vio obligado a irse por el nombramiento del técnico Rafa Benítez, quien, de entrada, le avisó que no lo tendría en sus planes aún con el buen rendimiento que había dado en su primera temporada con los toffees.

Lo malo es que esa decisión se la comunicaron cuando varios mercados europeos ya estaban cerrados, por lo que no le quedó otra que mirar mercados emergentes como el de Catar.

Después de una negociación intensa entre ambas partes, el mediocampista colombiano aceptó fichar por el Al-Rayyan, club del que no terminó saliendo bien por las lesiones que lo castigaron en la parte final de su ciclo.

James ha dicho abiertamente que la liga de Catar no es competitiva como las otras en las que ha estado y eso, además de la adaptación al idioma y las costumbres, hizo que saliera antes de lo pensado, fichando entonces por el Olympiacos de Grecia.

James protestando una jugada con el Al Rayyan | Foto: Simon Holmes/NurPhoto

Ahora que juega en Brasil, un país con buenos recuerdos y una cultura cercana a la colombiana, el 10 se atrevió a revelar las costumbres que lo sacaron corriendo de suelo catarí.

“La cultura catarí es muy difícil”, dijo en diálogo con Globo Esporte. “Fue un país en el que fue mucho más difícil la adaptación”, agregó.

Una de las anécdotas que recuerda la vivió al interior del camerino. “En el fútbol, cuando todo el mundo toma un baño, se queda sin nada (de ropa) y allá los compañeros me decían: ‘No, no, no te puedes quedar así'. Yo quedé asustado”, confesó.

Fuera de las canchas también vivió experiencias raras para lo que se vive normalmente en Colombia. “Ellos comen con la mano. Para mí fue difícil también”, contó entre risas.

“Todo el mundo junto come con la mano. Ellos me compartían y yo decía: ‘No, gracias’. Preguntaba por los cubiertos y me decían: ‘No, con la mano’ y yo les respondía: ‘Estás loco, no voy a comer con la mano’”, completó.

James Rodríguez durante un entrenamiento de la Selección Colombia | Foto: SEMANA

Brasil, otro tipo de dificultades

Quizás esa fue una de las razones para aceptar la oferta de São Paulo. James domina a la perfección el portugués y la forma de vivir es muy parecida a la que tenía en España o con la que se crió en Colombia durante su infancia.

“Me está gustando. Sólo llevo cuatro meses allí, poco tiempo, pero lo estoy disfrutando. Me gusta mucho el país, es muy parecido a mi país. Estoy feliz aquí”, contó en dicha entrevista.

Eso sí, el nivel de los rivales sí lo ha tomado por sorpresa. “Pensé que aquí era menos físico, aquí es muy físico. Los partidos se detienen mucho por las faltas, también se estrellan mucho. Pensé que era más técnico. Hay jugadores de mucha calidad, sí, pero el juego es muy físico. Eso pensaba yo, pero cuando juegas con un equipo que tiene calidad es mucho más fácil”, explicó.

En apenas unos meses, James se coronó campeón de la Copa de Brasil y ese logro le permitió clasificar directamente a torneo internacional. “Los últimos diez años del club no fueron buenos. Los últimos seis o siete meses para São Paulo que juguemos la Libertadores y sea bueno para todos”, afirmó.

“El fútbol brasileño tuvo una idea viendo los partidos, la Copa Libertadores, pero aquí el fútbol es fuerte, muy físico y también intenso. Es bueno, a mí también me gusta. Ahora puedo jugar más y estoy feliz por eso”, concluyó.