James Rodríguez ya no es más jugador de São Paulo. En la noche del viernes sentenció el acuerdo con la dirigencia del club brasileño y estampó la firma en el documento que certifica la rescisión bilateral del contrato que los ligaba hasta mediados de 2025.
Medios de ese país confirman que el colombiano cedió en la parte económica para lograr salir en calidad de agente libre y, de ese modo, tener plena libertad para definir su próximo equipo en Europa preferiblemente.
“El intercambio de documentos con el club se completó este viernes. Para quedar libre –y ahora poder llegar a un acuerdo con otro equipo–, James renunció a alrededor del 75 % de lo que debía recibir en concepto de bonificaciones de São Paulo, algo cercano a los R$ 3 millones (unos 2 mil millones de pesos colombianos)”, informó Globo Esporte.
La historia del ‘10′ con São Paulo termina justo antes de cumplir el año de su aterrizaje en Brasil.
En total fueron 22 partidos jugados por todas las competencias y dos goles que no tuvieron mayor trascendencia en los logros deportivos obtenidos durante el ciclo que duró casi 11 meses.
En la hoja de vida de James aparecerá el título de la Copa de Brasil 2023 y la Supercopa 2024, pero en ninguna de las dos participó activamente. Su mayor aporte fue en el Brasileirão y en la Copa Libertadores que entrará a la fase de octavos de final este mes.
Así como el colombiano se beneficia de la rescisión con la posibilidad de firmar sin costo por cualquier equipo interesado, en São Paulo respiran tranquilos al ahorrarse un buen dinero en el pago de salario y bonificaciones que se podían activar en lo que falta de 2024 y el comienzo de 2025.
Eso sí, el sentimiento de la hinchada es de total decepción por un fichaje que llegó con altas expectativas y se fue en medio de discusiones con el entrenador Luis Zubeldía.
La firma de la rescisión fue solo la consecuencia de una relación que ya estaba rota desde antes de la Copa América. Previo al viaje a Barranquilla para reunirse con la Selección Colombia, James ya estaba trabajando con su representante para lograr una salida amistosa del equipo que lo contrató en septiembre del año pasado.
La última oportunidad
Esta misma semana, el volante cucuteño habló de los momentos vividos como jugador de São Paulo. “A veces se dan las cosas bien y otras mal, fue una experiencia buena, me dejó aprendizajes, yo de lo malo siempre aprendo mucho, siempre quise jugar, pero cuando no se dan las cosas hay que dar un paso al costado”, declaró en una transmisión de Twitch junto a Pelicanger, streamer antioqueño.
“Al principio bien, me querían ver jugar, pero se recibía mucho hate (odio), a mí me motiva que me den hate, hace parte del fútbol y de la vida. Ya sé que para el próximo club algunas cosas no se deben hacer”, reconoció.
La intención ahora es escuchar ofertas con España como el más posible destino. Celta de Vigo parece estar primero en la lista, pero todavía no hay una negociación concreta por un contrato que debería ser por dos años.
James quiere una revancha en el Viejo Continente antes de plantearse su retiro de las canchas, tal como anunció en la misma transmisión. “Luego del Mundial quiero ver qué pasa conmigo, si puedo jugar un año más; si no, mirar a ver. Todo depende de cómo yo me sienta”, aseguró.
“Pienso que Colombia puede competir por la Copa del Mundo. A una gran final podemos llegar, espero que sí, también espero llegar al Mundial con la Selección, pero la veo más difícil para la siguiente Copa América”, aseguró.