Después de haber dado el ‘batacazo’ eliminando a Alemania y tomando el liderato del grupo G, Japón se veía las caras con Croacia, el vigente subcampeón del mundo, que en esta edición no ha lucido tan contundente como hace cuatro años, pero se refugiaba en la presencia de figuras como Luka Modric para imponerse ante una de las revelaciones del torneo.

“Le respetamos. Derrotó a dos campeones del mundo. Demostró carácter y mentalidad. Sabemos que van a ir como samuráis. No debemos subestimarlos y el campo dirá quién es mejor”, dijo Zlatko Dalic, técnico de Croacia, en la rueda de prensa previa al choque de octavos de final.

Y es que apenas se confirmó el cruce de japoneses y croatas, las apuestas dieron favorito al sorprendente cuadro nipón, incluso pasando por encima del Balón de Oro 2018 y figura del Real Madrid, que, en caso de caer eliminado, estaría jugando su último partido en una Copa del Mundo.

Lo cierto es que Japón cedió el dominio de la pelota a su rival, pero no la intensidad con la que doblegó a España y Alemania en la fase previa. Ese espíritu guerrero de los dirigidos por Hajime Moriyasu salió a flote para irse ganadores en el primer tiempo, poniendo a ‘temblar’ al finalista de Rusia 2018.

Daizen Maeda, al minuto 43′, capturó un balón suelto en el área para definir de zurda y decretar el 1-0, que hizo explotar de emoción a sus compatriotas. La jugada fue revisada por el VAR, en cabeza del árbitro colombiano Nicolás Gallo, sin embargo, quedó en evidencia que Lovren habilitaba a todos los atacantes japoneses y por ello el tanto de Maeda debía subir al marcador.

Daizen Maeda celebrando su gol frente a Croacia | Foto: REUTERS

Sacudón croata

El segundo tiempo inició con Japón replegado en su propio campo, esperando el momento de un error del rival para aprovechar la velocidad de sus atacantes. Eso sirvió para que Croacia se montara en el partido y llegara con peligro al arco de Gonda, provocando el empate en el arranque de la parte complementaria.

Ivan Perisic entró desde la izquierda para capturar un centro desde el costado opuesto. Con un gran gesto técnico, el atacante del Tottenham inglés cabeceó a la base del palo, dejando sin respuesta al guardameta japonés y decretando entonces el 1-1 que, de mantenerse, los llevaría hasta la primera prórroga del Mundial.

Pero Croacia no quería entrar en esa zona de incertidumbre, por eso apretó el acelerador buscando el tanto de la remontada, mientras los japoneses se aferraban al empate a la espera del momento en que tuvieran un contragolpe con suficiente espacio para demostrar la contundencia que los trajo hasta aquí.

Los minutos transcurrieron sin grandes novedades, provocando que se fueran hasta el alargue, el primero de las cuatro llaves que se habían jugado previamente en esta Copa del Mundo.

El primer tiempo de la prórroga trajo la salida de Modric, sorprendente por lo que representa para los ajedrezados y mucho más considerando que podría venir una definición desde el punto penal si se manetnía la igualdad (1-1) como fue al término de los 30 minutos agregados.

La definición del clasificado a cuartos de final llegó entonces a la definición desde el punto penal, donde Dominik Livaković se hizo grande bajo los tres palos para clasificar a su selección a cuartos. El portero del Dinamo Zagreb atajó los dos primeros cobros de Japón, dando una ventaja suficiente para que sus compañeros confirmaran la victoria con un marcador definitivo de 3-1 en la tanda.

Los croatas esperarán rival de la llave entre Brasil y Croacia, a disputarse en el segundo turno de esta jornada.