¿Qué fue lo que le pasó?
Me dio un cólico el berraco. Fui a una clínica y el diagnóstico estuvo malo, me mandaron medicamentos para una cosa que era distinta. Me agravó más, entonces ya tuve que ir a otro hospital distinto y me tuvieron siete días, siete días internado.
Fue al día siguiente de la inauguración del Mundial. Empecé a sentir un dolor en la parte alta del estómago y pensé que era una gastritis. Fui a un hospital en Hamad General Hospital y no me dieron con el diagnóstico, evidentemente una gastritis. Empecé a tomar remedio para la gastritis y lo que hacía era empeorar los dolores y ya al otro día no aguanté más y estaba que explotaba y me llevaron al hospital turco Turkish Hospitaly, ahí sí me hicieron todos los exámenes científicamente aprobados para el tema, de resonancia, ultrasonido, todo lo que lo que tiene que ver con el diagnóstico, y encontraron que tenía cálculos en la vesícula; ese fue el resultado final del diagnóstico.
¿Qué pasó después?
Lo primero que quería era que me controlaran el dolor. Era la parte más importante y en ese proceso nos demoramos como 48 horas, por supuesto, sin comer absolutamente nada, conectado con el suero y medicamento que tenían que ver con con el tratamiento, por ejemplo, para el dolor, Voltarén permanentemente y para el estómago, para proteger el estómago que no se fuera a dañar, pues también otro medicamento, y así estuve como tres días. Muy difícil porque ya empiezan a sentir un poco una impotencia porque no tienen fuerza, porque vas al baño y no podés orinar, te duele orinar porque hay una infección, que además inflama el hígado. Entonces estábamos entre la operación aquí y el tratamiento, se descarta la operación para que se haga en Colombia. Se montó un tratamiento para poder terminar el Mundial.
¿Cuándo va a volver a las transmisiones y cómo es el tratamiento?
Vuelvo hoy con el partido entre Suiza y Serbia, pero estoy en una dieta estricta. Solo puedo tomar caldos, puedo comer pollo desmenuzado, nada que obligue al estómago a hacer un gran esfuerzo, puedo comer frutas y permanentemente agua.
¿Le había pasado algo similar en otro Mundial?
Hasta el momento, con este, he cubierto diez Mundiales. En el Mundial de Italia 90 tuve por ahí un episodio de un cálculo renal, pero mientras iba el tren a la concentración de Colombia entré al baño y lo expulse y no hubo ninguna ninguna alteración, por lo menos en el plan de trabajo que yo tenía entonces. No fue algo significativo, pero siempre he estado vigoroso, porque lo triste de todo este desenlace es que a nosotros y, es parte del patrocinio que nos da la compañía, los que viajamos nos hacen exámenes médicos cuatro meses antes y yo hice mi examen médico de evaluación de cómo estaba mi corazón, cómo estaba mi estómago, cómo estaban las vías respiratorias, exámenes de sangre..., y en esa evaluación todo me salió de maravilla. Entonces venir acá y encontrarme con ese episodio pues siempre fue impactante porque no estaba dentro de lo previsto y no se había descubierto en Colombia.
¿Cómo lo vivió la persona, con todo lo que implica familia, y el profesional, sabiendo que usted es el líder del Gol Caracol?
Fue una bendición tener acá a Juanpa (hijo), y él se convirtió prácticamente en mi todo. Amanecía conmigo en la clínica y salió del aire también su buen rato para poder estar atendiendo todas las solicitudes, sobre todo en los momentos en que yo estaba dormido y llegaba el médico y tenía recomendaciones en inglés, porque en el hospital la mayoría de los médicos son turcos. Un médico excelente, maravilloso, una persona realmente fantástica porque en medio de la dificultad inclusive para explicar cosas que en el inglés de nosotros son complejas, porque son términos científicos, pues él hacía todo el esfuerzo, dibujaba y mostraba cómo era el asunto, dónde estaba el inconveniente. Y, finalmente, pues Juan Pablo fue vital en los primeros días, que fueron muy complejos, porque uno lo primero que quiere es que la familia no se dé cuenta a ver si uno sale del tema, sin que se impacten, y finalmente ya no era un día, sino dos días; entonces ya el tercer día, pues hubo que contar qué estaba pasando, entonces siempre el desespero de los familiares, de Carolina, mi esposa, de mi hija chiquita, de Alejandra, la otra hija mayor... Pues siempre fue impactante para ellos lo que estaban viviendo.
Pero ya fuimos neutralizando todo. Yo tuve contacto con mis médicos en Colombia, mi cardiólogo, con toda la gente que me atiende, con el médico general, que me trata y me prepara para este tipo de eventos desde Brasil. El doctor Alejandro Carrillo nos fortalece para tener buenas defensas. En el fondo, eso fue lo que dijo el médico turco que ayudó, que la cosa no había sido más grave porque había encontrado que tenía muy pronta recuperación producto de las buenas defensas, entonces eso sirvió mucho. También estuvo constantemente mi cardiólogo, el doctor Olivella, orientando cómo podíamos manejar la situación porque hay algunos medicamentos que aquí son muy normales como por ejemplo Voltarén, en Colombia para este tipo de tratamiento utilizan la Buscapina.
¿Cómo sintió el revuelo de noticias hasta trágicas, pero también de mensajes de aliento?
Me mandaron hasta una noticia de un portal con que me había matado, que había fallecido en Catar. Eso se convirtió en algo muy normal en nuestro país, la especulación. Pero la verdad, y lo digo con todo corazón, hubo tres personas que fueron muy importantes: la mamá de Falcao García, que me llamó, me la ponían al teléfono, me oraba, una cosa fantástica, maravillosa. Después la mamá de la esposa de un amigo, de Manuelito, doña Betty impresionante también cómo me acompañaba con oraciones. Después empezaron a llegar y llegar y llegar cadenas de oración, entonces yo lo único que podía decir es: juepucha, en Colombia hay gente muy buena y si toda esa gente buena canaliza la energía para donde corresponde, nosotros podemos tener un mejor país. Esa fue la conclusión que saqué. La última llamada que tuve fue la del profesor Luis Fernando Montoya, el campeón de la vida, hablándome y diciéndome que fuerza, que esto y lo otro, y entonces con una persona que ha sufrido todo lo que ha sufrido, te invita a que te tienes que poner de pie, pues qué más hay que hacer que ponerse de pie... Y por eso estoy aquí, claro.
¿Sintió miedo, incluso de la muerte?
Cuando me calmaron el dolor, yo sentí que ya estaba del otro lado. Sentir como el temor a morir, no. La amenaza que la sintiera cerca, no. Pero sí el temor a que a que otras partes del organismo se complicaran hacia el futuro. Por ejemplo, y lo digo: ¿aguantará mi corazón?, ¿el sistema que tiene que ver con riñones, el urinario, se afectará? Porque le tengo miedo a una enfermedad de riñones. Me preguntaba, ¿en qué condiciones voy a quedar cuando vuelva? Eso sí me atemorizó mucho.
¿Este tipo de cosas lo hace reevaluar detenerse en el camino del periodismo y no cubrir más Mundiales?
Estoy en dos frentes. Mi familia quiere que ya disfrutemos más de nosotros, que les baje a las cargas, al trabajo. La pasión no me deja y tengo una compañía que ha sido fantástica. Yo ya tengo pensión y desde que tengo pensión renuncié y nunca me dejaron ir, y las dos o tres veces en vida de Luis Calle le dije que no más, que no quiero más, que quiero liberarme de un montón de cargas y responsabilidades y me dijo: no. Los tiempos todavía no están cumplidos, los estudios de audiencia, de reconocimiento indican que no. Entonces pues digamos que eso es como el debate que hay. Pero si lo va a tener que tomar en serio, apenas llegue y me intervengan en Bogotá. Allá, apenas desembarque el día 20, tengo que hacer un proceso de descanso del cuerpo por la presurización del avión para que después el médico intervenga y me saque la vesícula. Ese es el punto, después de eso tendré que mirar juiciosamente qué es lo que va a pasar conmigo.
¿Pero entonces no hubo ni hay opción de volver antes, no se minimizaría el riesgo?
Hasta que termine. Sí hubo un momento en el que, claro, lo pensamos, el puedo o no puedo. Pero fue el mismo médico, el turco, el que me ayudó; y hubo un médico que yo personalmente no conozco, pero con el que trato cada rato por el chat, que es el doctor Nader, un socio del Deportivo Cali y pegamos unas conversaciones. Me dice que desde que me controlen esto, puedo seguir. Lo que no puedo es seguir all ritmo alimenticio que traía antes. Hay que tomar sopitas y alimentación muy suave. Aquí fue cuando yo descubrí que el Gol Caracol no es un equipo, sino que el Gol Caracol es una familia. Nosotros tenemos habitaciones con cocina y lavadora y a las nueve de la mañana, como una mamá, aparece la ingeniera Beatriz de Blu a llevarme la sopa de verduras. Después aparece Johnson Rojas, que es chef, a hacerme picado de verduras para pasar el día. Gonzalo Guerra se ha convertido en el tutor para lo que necesite, con el termo, las cocas. Todos se involucran.
¿Dónde lo van a operar?
Me operan en Bogotá, en la clínica Country.
¿De todo esto, le queda la lección de priorizar la salud en vez del trabajo?
Es el principal error que cometemos nosotros en el medio, que nos apasionamos tanto por la tarea que descuidamos nuestra propia salud; tenemos jornadas de aguantar hambre y jornadas en las que no comemos todo lo que nos sirven y lo que hacemos es maltratar al cuerpo, maltratar el estómago. Entonces la única manera es, como me lo dijo el doctor Olivella, comer poquito, pero en muchas tandas.
¿Qué tal la salud en Catar, comparado con Colombia?
Aquí es donde uno termina entendiendo que uno es un privilegiado de la vida. Me tocó un país en el que la tecnología está a flor de piel. Un hospital que parece un hotel cinco estrellas. Maravilloso, con todas las comodidades y con un servicio médico, por lo menos el último hospital, el hospital turco, porque como en todo hay categorías y el hospital turco representó un alivio enorme por sus instalaciones, por sus equipos, por la prontitud. A uno le decían a las 5:00 a. m. estamos tomando exámenes de sangre, resonancia, y uno llegaba y no había filas de ninguna índole, una cosa impresionante.
¿Qué les dice a los que han estado pendientes, hasta los de los memes?
Tienen temor de que se les acabe quien les dé material, es parte del negocio. (Entre risas). Yo vivo muchas veces de criticar futbolistas y otros viven de crtiticarme a mí, estoy tranquilo porque es parte de la cadena alimentaria. Hablando en serio, descubrí hoy que Colombia tiene mucha gente buena, que tiene una gente maravillosa. Personas de una gran sensibilidad y que si lo ponemos en una autopista tendríamos un país amable, tolerante y pacífico.