La australiana Jessica Fox ha protagonizado una de las historias más insólitas de los Juegos Olímpicos. La deportista sufrió el martes un contratiempo con su kayak durante la final del canotaje eslalon K-1 femenino. Por la fuerza de la corriente y un choque el morro de su kayak resultó dañado, lo que puso en peligro su participación en el evento.
Según reveló en un video en su cuenta de Tik Tok, los miembros de su equipo tuvieron varios intentos infructuosos para arreglarlo, por lo que todo indicaba que se iba a tener que despedir de la disputa de esta prueba. Sin embargo, a la australiana se le ocurrió utilizar uno de los 160.000 condones que fueron repartidos entre los deportistas para reparar su vehículo.
“Apuesto a que no sabían que los condones pueden usarse para reparaciones de kayak. Tienen mucha elasticidad y son muy fuertes”, dijo la especialista en canotaje, mientras las imágenes muestran a un integrante del equipo australiano utilizando el condón para fijar una mezcla de carbono a su kayak.
Fox también bromeó con que el látex elástico del preservativo “le da al carbono un acabado suave”.
El arregló tuvo excelente efecto, pues la australiana logró terminar con la medalla de bronce en esta competencia. La grabación publicada por la piragüista ya ha recibido más de 90.000 ‘me gusta’.
Posteriormente, Fox logró la primera medalla de oro olímpica de la historia de C1 eslalon femenino de canotaje, nueva disciplina del programa de los Juegos de Tokio, pero ya en otro kayak.
Ya triple medallista olímpica en kayak (dos bronces y una plata), Fox ganó su primer oro gracias a una final perfecta (105,4 puntos, cero penalizaciones), quedando delante de la británica Mallory Franklin (108,68, 2 segundos de penalización) y de la alemana Andrea Herzog (111,13, 2 segundos de penalización).
Los 150.000 preservativos que se repartieron entre los deportistas participantes se entregaron con la petición de que no se usaran en el transcurso de la importante cita olímpica. “El objetivo no es que los usen en la Villa Olímpica, sino que pediremos a los atletas que se los lleven de vuelta a sus países de origen para cooperar en concienciación de las ETS y de su erradicación”, afirmó el director general del lugar, Takashi Kitajima. La repartición de los preservativos entre atletas se produce por iniciativa del Comité Organizador de los Juegos desde 1998.
Otra de las curiosidades en torno a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 que más ha llamado la atención de los aficionados son las camas que están en los cuartos de los deportistas en la Villa Olímpica. Las camas ecológicas de cartón fueron tildadas de antisexo, pues son hechas de cartón y de esta manera supuestamente se evitarían encuentros sexuales entre los atletas.
La empresa responsable de su fabricación, Airweave, le explicó a la revista Dezeen que el concepto era “cumplir con el Plan de Sostenibilidad de los Juegos”. Y es que, además de ser reutilizadas para los Juegos Paralímpicos, las camas serán donadas posteriormente a varias organizaciones japonesas.
No obstante, varios deportistas, en broma, grabaron videos saltando sobre las camas para mostrar que la categoría de antisexo de las camas no era más que un mito surgido en las redes sociales y no tenía nada de realidad.