Un mensaje contra el machismo en el automovilismo corre a más de 300 km/h con el combustible del reguetón. La piloto colombiana Tatiana Calderón y el patrocinio de la cantante Karol G llevan el feminismo al deporte a motor.
En julio, el sponsor de Calderón suspendió los pagos a la escudería Foyt Enterprises y la corredora perdió su puesto en la IndyCar. El terremoto en las finanzas resultó en la salida de la única mujer del equipo, pese a tener mejores resultados que otros conductores.
“Me bajaron del carro (auto)”, resume la piloto, única latinoamericana en conducir un auto de la Fórmula 1 (F1) y pionera femenina en la Fórmula 2 (F2).
Era su primera temporada en la carrera de monoplazas más importante de Estados Unidos, siendo la única mujer en una década en correr a tiempo completo.
“Realmente el factor determinante (de la salida) fue el dinero, pero de todas formas la gente sigue confiando más en un hombre que en una mujer, eso se siente”, dice a la AFP la corredora de 29 años.
Tras un limbo de dos meses buscando patrocinio, encontró un asiento en el Charouz Racing System de la F2 gracias a su compatriota y símbolo del feminismo en la música Karol G, su nueva mecenas.
Atravesadas por el machismo, las colombianas llevan el empoderamiento femenino a las melodías y los motores.
“Bichota”
Con el espaldarazo de la nueve veces ganadora de los Latin American Music Awards y un Grammy Latino, Calderón pagará a sus ingenieros, mecánicos, llantas, motores y gasolina durante 2022.
En su honor, la piloto bautizó a su auto como el “Makinón”, en referencia a una de las canciones de Karol G.
En el mítico circuito de Spa-Francorchamps de Bélgica y el Zandvoort de Holanda, la colombiana compitió con adhesivos en el casco, el traje y el auto de “Bichota”, expresión insignia de Karol G.
El término, explicó la cantante en el pasado, define a aquella mujer que se siente “sexy”, “atrevida” y “fuerte”.
Calderón se identificó con esa causa. Me gusta “el mensaje que ella quiere mandar de empoderamiento femenino, de bichotas, porque hay muchas que a veces no se atreven y hay que hacerlo”, dice.
“Creo que el deporte femenino necesita también más el apoyo de empresas porque casi todo es para los hombres”, enfatiza.
Dos años mayor que Calderón, la artista sufrió del machismo en las productoras musicales y la “sexualización” de las mujeres en el reguetón, un género urbano muy popular en su natal Medellín.
Calderón, oriunda de Bogotá, sufrió del mismo rechazo en los talleres y las pistas.
“Lo mismo pasa aquí (en el automovilismo). Te toca ganarte la credibilidad de tus ingenieros, de tus mecánicos (...). Hay muchas cosas en los carros que están diseñadas con medidas de un hombre, todos los estudios de cómo hay que entrenar están con información de hombres porque hay muy pocas mujeres”, señala.
Modelos a seguir
Desde que disputó su primera competencia nacional, siendo adolescente, los comentarios machistas llovieron sobre Calderón en la tierra del legendario Juan Pablo Montoya.
“Me gustaría decir que siempre me han tratado igual (que a los hombres) pero estaría diciendo mentiras”, reclama la expiloto de pruebas (2018 a 2021) del Alfa Romeo Sauber de la Fórmula 1.
Calderón llegó a la cima del automovilismo, donde solo cinco mujeres en la historia han tomado partida en carreras oficiales, de la mano de la Monisha Kaltenborn, primera mujer en dirigir una escudería de esa categoría.
Tras su paso por la unión ítalo-suiza, ninguna mujer ha vuelto a estar tras el volante de un auto de Fórmula 1.
Recientemente, Stefano Domenicalli, exdirector deportivo de Ferrari, lanzó: “Hablando de manera realista, a menos que haya algo como un meteorito, no veo a una chica entrando a la F1 en los próximos cinco años”, según declaraciones recogidas por la BBC.
El comentario cayó mal en la colombiana. “Eso no ayuda (...) que el ambiente te esté diciendo que no puedes no ayuda a que las niñas se interesen en estar en un kart o empezar en el automovilismo y yo creo que se necesitan esos modelos a seguir”, sentencia.
*Con información de la AFP.