El Mundial de Qatar 2022 cierra este jueves la primera jornada de la fase de grupos con el estreno de Uruguay, Portugal y Brasil. A primera hora, Suiza y Camerún se enfrentaron en un duelo de equipos que no son habituales contendores por el título, pero contaban con herramientas para pensar en un debut positivo.

Aparte de los puntos en juego, este primer partido del día escondía una historia pocas veces vista en los Mundiales. Breel Embolo, delantero del conjunto europeo, nació en Camerún y pudo haber representado a su país de origen, pero hace un par de años atrás decidió elegir a Suiza, lugar al que llegó cuando apenas tenía 4 años.

Antes del partido, Embolo respondió si celebraría un hipotético gol ante los cameruneses, sabiendo que generaría conflicto en su familia. “Si marco, intentaré no celebrar. Pero el fútbol es un deporte de emociones. Si lo celebro, no será contra mi país natal, sino porque quiero ganar”, explica el delantero centro del Mónaco en entrevista con la AFP.

“Es un partido muy, muy especial para mí y para toda mi familia. Porque es un poco como un conflicto. Habrá mucha emoción a lo largo de este duelo”, añade.

En el sorteo “no salté de alegría”, reconoce. “Pero a la vez estaba orgulloso de poder jugar contra mi otro país y enseñar lo que había aprendido”.

Embolo explotó en la escuela del fútbol helvético. Llegado a Suiza a los 4 años con su madre y su hermano (los padres estaban separados), entró a los 13 años en el Basilea y no tardó en empezar a jugar en las categorías inferiores de la selección.

Embolo le dio la victoria a Suiza con su tanto a los 48 minutos | Foto: Reuters

No celebró

A los 48 minutos del partido, llegó el momento del gol. Embolo definió de primera a un centro raso y la mandó al fondo de la red, antes de darse la vuelta, levantó las manos en señal de perdón y recibó muestras de cariño de sus compañeros, que claramente sabían lo importante de este partido para el jugador de origen africano.

Después de “celebrar”, así, entre comillas, Embolo se dirigió al centro del campo para continuar con el partido, toda una muestra de profesionalismo al más alto nivel. Este tipo de gestos son habituales entre clubes, cuando un jugador le marca a su exequipo, sin embargo, es bastante raro verlo en el Mundial, donde se supone que el futbolista defiende los colores de su nación.

“Tuve la posibilidad de ir al Mundial con Camerún en 2014, con el seleccionador Volker Finke”, recuerda Embolo.

“Nunca rompí el vínculo con Camerún y venía de disputar solo tres o cuatro partidos con el Basilea”, añade el atacante que también pasó por el Schalke 04 y el Borussia Mönchengladbach. “Pensé mucho mi decisión”, admite. Fue “muy difícil. Y de repente, un día te despiertas, tienes tus respuestas y te dices: ‘esto es lo que quiero. No hay vuelta atrás’. En mi familia había partidarios de las dos selecciones. Pero todos respetaron mi decisión”.

Camerún sigue corriendo por sus venas. “Toda mi familia vive allá. Para conservar este vínculo voy una o dos veces al año”, explica Embolo. “Quiero que mis hijos también conserven estas raíces. Y también quiero retribuir a través de ciertas organizaciones benéficas, en particular mi asociación”.

El atacante va “a menudo de vacaciones a Yaundé y Duala”, donde recarga energías. “Mi padre todavía vive allá. Así que nos sumergimos por completo y me sienta muy bien”.

Embolo también está muy cómodo en Suiza, donde es muy popular. “Tiene esta capacidad de hablarle a toda Suiza”, explica el periodista del Temps, Lionel Pittet. “Un camerunés francófono que creció en la Suiza germanófona, habla perfectamente francés y alemán. Casi nadie, excepto (la esquiadora Lara) Gut-Behrami o (Roger) Federer, entre los deportistas de primer nivel de Suiza, puede responder a todo el mundo en su idioma. Para ser una estrella del deporte a escala nacional es importante”.

Con información de la AFP