Un caos total es el que han vivido miles de aficionados en la previa del debut del Mundial de Qatar 2022. Más de una hora tuvieron que esperar los fanáticos en una fila para conseguir una cerveza en el único puesto que venderá oficialmente en el país anfitrión fuera de los hoteles y restaurantes de lujo.

Después de la discusión en la semana, las autoridades locales en Qatar decidieron que sí se puede ofrecer alcohol en la apertura del Fan Fest, el cual está ubicado en Bidda Park. La única condición para los aficionados al fútbol es que solo pueden adquirir un total de cuatro unidades para disfrutar.

Hinchas argentinos contaron el proceso que vivieron para obtener el alcohol en Doha, capital del país asiático. “Abrían la venta a las 7 de la tarde y tuvimos que hacer una hora de cola”, contaron al diario La Nación. “Nos dejaron comprar cuatro a cada una, así que acá estamos con ocho en las manos para disfrutar un poco más”, agregaron los fanáticos de la albiceleste.

El precio de cada unidad de cerveza en el punto de venta era de 50 riales cataríes, unos 68.000 pesos colombianos. Los aficionados manifestaron el excesivo valor a comparación de sus países, sin embargo, pagaron.

Otros aficionados de equipos como México y Egipto también expresaron su inconformidad por el alto precio del alcohol, pero consideraron que, al ser un evento de alta envergadura, valía la pena comprar.

Cabe recordar que, a lo largo de la semana, la decisión de la Fifa de prohibir la venta de alcohol a las afueras de los estadios y dentro de ellos generó inconformidad en miles de hinchas que se unieron para protestar.

La Asociación de Aficionados en Europa, que congrega un total de 55 naciones, expresó su inconformidad por medio de un comunicado, pues esta medida que se tomó sobre la hora está un poco “desacertada”.

En Inglaterra, un país que va de la mano con el alcohol en este tipo de eventos, también manifestaron su malestar por la decisión unánime de la Fifa y las autoridades del país anfitrión.

El transporte público colapsado

Otra señal de que el mundial va calentando motores: la cola para comprar entradas en el principal punto de venta de West Bay no había sido tan larga desde que abrió a mediados de octubre, bajo la mirada de un cartel gigante con Cristiano Ronaldo, uno de los últimos en colocarse en los edificios de este céntrico distrito de la capital.

A las 10 de la mañana, hora local, la línea de metro que lleva al estadio Al-Bayt, escenario del partido inaugural, ya estaba bajo una enorme afluencia, sin asientos disponibles en los trenes.

Un grupo de ghaneses, la afición más alegre hasta el momento en las últimas semanas en Catar, se dirigió hacia la cornisa con la bandera de su país (roja, amarilla y verde).

En la estación de Msheireb, el punto de encuentro de las tres líneas del metro de Doha, muchos voluntarios con chaquetas azules y equipados con megáfonos orientaban a los pocos turistas que andaban un poco perdidos, sobre todo una decena de alemanes, con camisetas de la Mannschaft a sus espaldas y la tarjeta Hayya, el permiso de entrada a Catar durante el Mundial, alrededor de sus cuellos.

También se divisaban banderas y camisetas de los Países Bajos, Argentina, Croacia, Catar e, incluso, Líbano.

“Llegué hoy. Estoy muy emocionado de estar aquí y de conocer a gente de todas las nacionalidades. Voy al partido, no sé dónde es, pero no me importa. Tengo boletos para todos los partidos de Ecuador. Vamos a ser campeones y hoy vamos a ganar 3-1″, aseveró Roberto Cedeño, un estudiante ecuatoriano radicado en Estados Unidos, con la elástica de su país y la bandera sobre sus hombros.