Con los brazos enganchados, como han tenido al país durante toda la Copa América, salieron las jugadoras de la Selección Colombia al estadio Alfonso López, escenario que no era sede de un torneo oficial femenino desde el Sudamericano Sub-20 de 2010.

Tal vez por la presión, el pánico escénico o simplemente por la calidad del rival que fue campeón de la Copa América en 2006, Colombia tuvo que resistir un huracán argentino los primeros 20 minutos.

Estefanía Banini y Yamila Rodríguez hicieron ver desordenado el equipo local que no lograba detenerlas. La que sí pudo ponerle stop a una pelota de Banini, la máxima estrella de las visitantes, fue Catalina Pérez con una espectacular atajada al minuto 16.

Pasados los 20 minutos iniciales y tras tomarse confianza la fórmula doble en Colombia empezó a aparecer. Leicy Santos se enchufó y mostró su lado desequilibrante asociándose con Linda Caicedo.

Los balones empezaron a llegar al frente de ataque. Había calma, orden y propuesta ofensiva. Al punto que la albiceleste encontró en el juego de choque la única forma de detener a las colombianas.

La primera en sufrir los golpes fue Catalina Usme. Gabriela Chávez cortó uno de sus avances y vio la primera tarjeta amarilla del compromiso. La goleadora histórica de la Tricolor con más corazón y mucho dolor siguió en el compromiso y se unió al tridente de ataque.

Fue tan bueno el despertar de Colombia, que por poco provocan un autogol a los 25 minutos de compromiso.

La fricción siguió siendo protagonista. Estefanía Barroso permaneció varios minutos tendida en el piso después de un duro golpe y cuando se pensaba que el ritmo de juego bajaría, dos minutos después una acción polémica terminó en un gol anulado para Colombia.

La Tricolor llegó al área y en medio de muchos intentos, Linda Caicedo bajó un balón que remató con fuerza venciendo la valla de Vanina Correa. Sin embargo, la jueza María Belén Carvajal decretó mano y lo anuló. Las jugadoras colombianas reclamaron con ahínco.

A 10 minutos del final de la primera parte, Leyci Santos demostró porque es la mejor asistidora del torneo y le puso un balón llovido y al espacio a Mayra Ramírez que sacó con un amague a dos jugadoras argentinas y disparó, pero le dio al travesaño. Increíble opción desperdiciada que ahogó el grito en los asistentes al Alfonso López.

El susto en Bucaramanga llegó al minuto 44. Una falta de Manuela Vanegas y Daniela Montoya sobre Yamila Rodríguez dejó servido un tiro libre muy cerca de la portería de Catalina Pérez. Sin embargo el balón se estrelló en la barrera colombiana y en ceros se fueron al descanso, después de una opción de Catalina Usme que no se concretó.

“La copa se queda en casa”, es el lema que se tatuó la Selección Colombia en la piel. Por eso la inteligencia de juego se notó en la segunda mitad para asegurar el tercer mundial, después de haber llegado a Alemania 2011 y Canadá 2015.

Una amarilla de entrada para Manuela Vanegas dejó prever que el choque continuaría. Romina Núñez inquietó a Catalina Pérez que respondió con categoría.

La que no estuvo a la altura del compromiso fue la jueza que no pitó penal a los 57 minutos de juego tras una clara falta sobre Mayra Ramírez. Sin embargo, lejos de pelear por una expulsión, Colombia peleó por el gol y lo logró.

Linda Caicedo, la mejor jugadora del partido aprovechó un rebote en el área y esta vez no perdonó. La recibió de pierna derecha, la acomodó y de zurda remató. Alegría, como su segundo apellido, pero desbordada en el país. Colombia finalista.

Al 94 Linda Caicedo salió del terreno de juego para el aplauso de todo el país que ya la vio campeona con América de Cali y Deportivo Cali, y que irónicamente no la verá en competencia en el segundo semestre de 2022 porque en Colombia, sede de la Copa América no habrá torneo profesional para ellas.