Se formaron el pasado jueves como lo han hecho varias veces antes de los partidos frente a los fotógrafos. El flash les pegó en la cara, cinco de ellas se hicieron al frente: Oriánica Velásquez, Natalia Gaitán, Isabela Echeverri, Melissa Ortíz y Daniela Montoya. Pero esta vez no estaban en un estadio, posando para la foto del equipo, en los actos protocolarios. La formación era porque se venían una serie de denuncias que ya no podían soportar más las jugadoras de la selección Colombia. Carlos González Puche, presidente de Acolfutpro, era el único hombre en medio de las jugadoras, el que primero tomó la palabra para decirles a los periodistas que lo que iban a escuchar eran las pruebas de que adentro de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF) había muchas cosas por cuestionar. El 22 de abril Didier Luna y Sigifredo Alonso tendrán que asistir a la audiencia citados por la Fiscalía. Se les acusa de acosar sexualmente a jugadoras de la selección Colombia sub 17. El Técnico y su asistente hicieron esta vez que el problema pasara de ser un asunto ignorado, casi invisible por muchos años, a una avalancha que está obligando a muchos dirigentes a que den la cara.

Este fue el grupo de jugadoras que se reunió en el hotel Marriot. Foto Diana Rey Melo El panorama, luego de que se conocieran las acusaciones, no fue más alentador por parte de la FCF. La Defensoría del Pueblo pidió que se investigara el caso junto con Fifa y Conmebol, pues a Álvaro González Álzate, vicepresidente de la FCF y director de Difutbol, dijo en rueda de prensa “queremos pasar la página con las mayores de 25 años y pienso que, puede que esté equivocado, por eso las retaliaciones”. Sus palabras se interpretaron como el fin de la selección Colombia femenina de mayores. Pues además de las acusaciones contra Luna, aparecieron señalamientos por dudas sobre manejo de dinero, vetos a jugadoras y convocatorias paralelas. Entre lágrimas, la jugadora narró la pesadilla de no haberse puesto la camiseta durante un año y medio y la frustración por un sueño roto: no haber ido a los olímpicos. La catástrofe creció hasta llegar a las posiciones de poder. La vicepresidenta, la alta consejera para la equidad de la mujer, el director de Coldeportes, la directora del Icbf y el presidente de la FCF hicieron pacto por la “no tolerancia” al acoso que busca proteger a las deportistas. “Tiene acciones concretas, pero fue sobre todo simbólico”, dijo Ana María Tribin, la alta consejera. Escucha"Así era como la Selección Colombia vetaba a sus jugadoras" en Spreaker. En la respuesta de Luna se lee: “las denuncias realizadas por la señora Carolina Rozo no tienen fundamento y sus acusaciones son mediáticas y sensacionalistas”. La avalancha se hacía grande cada día hasta que el miércoles González Álzate volvió a aparecer con otra estocada: la liga femenina ahora sería sub 23, estaría administrada por Difutbol (de la cual González es director), y solo podría contar con 6 refuerzos de mayores —tres de ellos en cancha —. Es decir, la liga femenina profesional, que tuvo ya dos ediciones y fue el escalón para que el Atlético Huila se coronara campeón de la Copa Libertadores, se va a volver un torneo aficionado. Puede leer: La criticada felicitación de la FCF y la Dimayor a las mujeres en su día El día que se hizo ese anuncio, en el sur del continente, las jugadoras argentinas pedían por todos los medios que se cree una liga profesional femenina, el más ingenioso fue publicar La pelota de papel 3, un libro de cuentos que se lanzó el día de la mujer y que fue escrito por mujeres: unas que juegan, otras que jugaron, y otras que entrenan fútbol. En la rueda de prensa del jueves una a una fueron pasándose el micrófono para hablar las injusticias que han tenido que cargar. La más alarmante fue un audio donde se escucha la voz de González Álzate: “la prensa deportiva aparentemente molestó mucho a los dirigentes deportivos en la voz de Daniela, para mí hubiera sido mejor que hubiera buscado a Luis Bedoya (en ese entonces presidente de la FCF)”. En ese audio se demuestra que si el técnico Felipe Taborda convocaba a la joven jugadora Daniela Montoya, éste perdería su cargo. Entre lágrimas, la jugadora narró la pesadilla de no haberse puesto la camiseta durante un año y medio, y la frustración por un sueño roto: no haber ido a los olímpicos. Le recomendamos: Revelan supuestos manejos turbios en el fútbol femenino Los reclamos son muchos: varias veces las jugadoras tuvieron que sacar de sus bolsillos para pagar los tiquetes de avión para ir a concentraciones, no había viáticos, pago incompleto por quedar quintas en el mundial de Canadá 2015, uniformes usados, con talla de hombres, 700 días sin preparación después de los olímpicos de Londres y 400 días después de Río 2014; incluso hay pagos a la cuenta personal de Felipe Taborda para cubrir alojamientos. Todas son denuncias sin respuestas, sin soluciones. Pero los reclamos no son desde hace unas semanas. Natalia Gaitán levantó de la mesa una carta, firmada en 2012, en el papel Gaitán se preocupa por la situación que aquejaba a las jugadoras de la selección Colombia ese año. También hubo propuestas y contraargumentos: que hay marcas comerciales cuyos productos son para mujeres que pueden y tienen intenciones de patrocinar una liga profesional, que no es verdad que falten jugadoras, que los empresarios tienen es miedo de invertir su dinero en una Federación que no les proporciona confianza administrativa y que no se sabe en qué se invierte el millón de dólares que la Fifa le da a Colombia para promover el fútbol femenino. “El fútbol femenino y el masculino son dos poesías de una misma literatura”. “Eso hay que preguntárselo a Coldeportes”, dijo Puche, quién aseguró que esa organización es la encargada de esa plata. SEMANA buscó su director Ernesto Lucena, pero este no contestó nunca la petición de hablar con este medio. “No sabemos quién maneja el fútbol femenino”, dijo Isabella Echeverri, que recordó una vez que retuiteó un trino de Arturo Vidal en el que apoyaba a su selección femenina chilena, la jugadora acompañó el mensaje preguntándose cuándo alguien de los ídolos en Colombia haría algo así. El psicólogo de la selección le dijo que borrara el trino y luego le mandó un mensaje de “un directivo” en el que le pedía que lo borrara o “que la iba a pasar lo de Daniela”. Mientras tanto la FCF publicó descaradamente en sus redes imágenes felicitando a las jugadoras por el día de la mujer. Lo que generó todo tipo de mensajes en contra. Una de las futbolistas, sobre el cierre de la rueda de prensa, tomó el micrófono y dijo “no pedimos lo mismo que tienen los hombres, pedimos equidad, no estamos en contra de ellos”. Y remató diciendo: “el fútbol femenino y el masculino son dos poesías de una misma literatura”.