El tono cambió. Felipe Muñoz, líder de la barra LDS con la que Atlético Nacional decidió tomar distancia y no aportarle más apoyo económico, habló en ESPN y Caracol Radio y se mostró mucho más pacífico.
El barrista reconoció los hechos violentos que evitaron que el juego entre Nacional y América se desarrollara, y que dejaron más de 80 heridos, capturados y daños materiales.
“Quiero decirle a la hinchada de Nacional, al club y la sociedad en general que estamos avergonzados por lo ocurrido, más allá de que haya responsabilidades individuales que deberán responder y de que no sintamos que hay responsabilidad absoluta de la barra”, indicó Felipe en ESPN Colombia.
El líder, que estuvo presente en la reunión con la Alcaldía de Medellín y los dirigentes de Nacional para tratar de conciliar y que el estadio Atanasio fuera el escenario del verde paisa en la Copa Libertadores, pidió individualizar las acciones de vandalismo.
“Acepto que la violencia es injustificada, que no tiene presentación y precisamente no hay argumentos ni mucha discusión al respecto”, dijo Muñoz.
En sus disculpas dejó claro que él y su barra no coadministraron nunca en Atlético Nacional.
“De ser necesario pido perdón a los hinchas, aunque esta situación ha sido abordada de una manera reduccionista. No creo que se trata de beneficios o extorsiones, intimidaciones y coadministración”, argumentó el líder en F90.
Mauricio Navarro, presidente de Nacional, dijo en SEMANA que a la barra les aportaron sólo en 2022 más de mil millones de pesos. Felipe le pidió ser sensato con respecto a sus opiniones y acuerdos.
“El presidente de Nacional no ejerce su obligación de decir la verdad porque él no dice nada de lo contractual y los acuerdos con Nacional”, puntualizó Felipe.
El líder propuso seguir con el diálogo entre hinchas y el club. “Queremos tener una mesa de diálogo con Nacional que no tiene un estilo de diálogo actual con sus hinchas. Los dirigentes acabaron con las mesas de interlocución, que no son mesas de coadministración ni para hacer exigencias, sino para construir y dar ideas”, indicó.
El equipo de Paulo Autuori fue sacado de su estadio por el alcalde Daniel Quintero, el secretario de Gobierno Juan Pablo Ramírez y la administración municipal. A Nacional le toca jugar en Barranquilla y a puerta cerrada, perdiendo cerca de 2.500 millones de pesos en taquilla y demás ingresos.
Felipe Muñoz no se hizo responsable de la seguridad del equipo en el máximo escenario deportivo de los antioqueños ni mucho menos de los revoltosos de su barra.
“Nosotros no vamos a tomar decisiones sobre la seguridad de los partidos de Nacional, eso lo debe determinar el equipo y la administración municipal, yo tampoco puedo hacerme responsable por los integrantes de las barras”, confirmó en El Alargue de Caracol Radio.
Muñoz le recordó a la opinión pública que la barra LDS no son un grupo delincuencial.
“Nacional se quiere distanciar con las barras por la sobreactuación de afirmaciones que apuntan contra nosotros, como si fuéramos delincuentes, cuando lo único que hemos hecho es aportar”, puntualizó Felipe Muñoz.
El líder de la barra reconoció que han opinado en la contratación de jugadores en el equipo.
“Miente el presidente de Nacional en que nosotros coadministramos, lo que ha habido es un vínculo comercial que ha tenido el visto bueno del club desde el pasado y también hemos dado opiniones sobre contratación de jugadores, pero no lo hemos exigido”, finalizó en Caracol Radio.
Felipe se ve en algunos videos en redes sociales tratando de calmar los ánimos entre hinchas revoltosos y el Esmad, sin embargo, un audio conocido por SEMANA revela que estaba dispuesto a confrontar a Benjamín Romero, vicepresidente del club.