Durante el más reciente fin de semana algo impensado y vergonzoso ocurrió en Colombia. El marco fue la fecha 4 del fútbol colombiano, que enfrentaba en la tarde del domingo –12 de febrero– al Deportes Tolima, quien oficiaba de local en el estadio Manuel Murillo Toro, y Millonarios.

La previa del juego se tornó tensa, luego de saberse que el jugador Daniel Cataño, que no había salido en los mejores términos del cuadro de Ibagué, regresaría a la que fue su casa y donde erró un penal que no le permitió a los pijaos ser campeones ante Atlético Nacional. Por este episodio, algún sector de la afición tolimense tomó entre ojos al volante que recaló en Millonarios tras lo ocurrido y le declaró que cuando regresara no sería bien recibido.

Daniel Cataño, jugador de Millonarios agredido por un hincha del Tolima. | Foto: captura Win Sports

Así fue. A la llegada del equipo azul para la disputa del juego el pasado fin de semana, varios hinchas del Tolima gritaron a Cataño y este respondió con gestos que ‘calentaron’ los ánimos. Posteriormente, llegó el día del partido y el marco estaba puesto en el recinto deportivo. Tan solo restaba el pitazo del juez para iniciar el duelo, cuando todo se vino al piso.

Un seguidor del equipo local burló toda la seguridad y llegó hasta el jugador de Millonarios, a quien le propinó un golpe por la espalda, en la nuca. El agredido se dejó llevar por su impulso, corrió detrás del joven y también le pegó. Ya siendo sumamente grave lo evidenciado por las cámaras, el partido no se desarrolló, hubo declaraciones desafortunadas y afuera del estadio el bus de los bogotanos fue apedreado.

Así las cosas, el día siguiente de todo lo que pasó en Ibagué abrió más capítulos, interrogantes y hasta teorías para saber quién saldrá como perdedor, ni siquiera del juego, sino de la puja que se abrió en las sanciones para unos y otros, pues para Tolima el no haber dado garantías para la realización del juego desencadena sanciones, pero para Millonarios, que decidió de manera unilateral ausentarse para no desarrollar el partido, que según Wilmar Roldán tenía el apoyo de la Policía Nacional, también daría para problemas.

Wilmar Roldán hablando con Macalister Silva y Alberto Gamero, luego del ataque que recibió Daniel Cataño. | Foto: Captura Win Sports

Para aclarar el panorama, dos voces autorizadas quedaron consignadas en el portal FútbolRed, que este lunes da a conocer para dar claridad sobre quién puede terminar sufriendo más por el desafortunado suceso. En primera medida, el abogado Andrés Guapacha se refiere a una situación similar ocurrida en otro país: la recordada final de Libertadores entre Boca Juniors y River Plate, en la que los aficionados también afectaron a sus rivales dejndo el antecedente en el que hasta el TAS se pronunció, diciendo que la seguridad del espectáculo es total responsabilidad del equipo que oficia de local.

Bajo este panorama, la primera teoría es que el azul podría salir bien librado por ser el visitante del juego. Sin embargo, hay que prestar atención a lo que dice el reglamento, específicamente el artículo 83, que se refiere en sí a esta situación: “Constituye infracción de los clubes sancionable con multa de 20 salarios mínimos legales vigentes al momento de la infracción y derrota por retirada o renuncia las siguientes...”. Además, el numeral I explica: “Si por motivo imputable a sus dirigentes o un factor del cual es responsable el club o el organizador del evento, el equipo no puede, no quiere, se niega a jugar o continuar el partido”.

Daniel Cataño, jugador de Millonarios, habría provocado a la hinchada del Tolima. | Foto: Prensa Millonarios Oficial - @AndemosH

De esta manera, a pesar de haber sido el perjudicado, el cuadro bogotano terminaría golpeado, apedreado y sancionado: “Millonarios, en su favor, debe demostrar la falta de garantías de seguridad por parte del local, creo que la situación en torno al jugador y un buen despliegue probatorio puede llevar a repetir el partido. En el FPC todo puede pasar, ponemos la regla al límite”, termina el mencionado abogado.

Finalmente, como apenas han pasado algunas horas, lo que resta es dar tiempo a la presentación de las denuncias que podrán hacerse en los dos días hábiles después del hecho; posteriormente, en un período de diez días más saldrá una primera respuesta. También podrá haber espacio a reposición y apelación en los términos del reglamento, pero –según los expertos– la situación dada fue clara y no debería tardarse la decisión final.