Con la tranquilidad de la clasificación anticipada y la atmósfera de un seleccionado que vive las mieles de un extraordinario presente, la Argentina comandada por Lionel Messi ha dado una nueva exhibición de fútbol en la penúltima jornada de las Eliminatorias mundialistas rumbo a Catar 2022.
Un compromiso que se disputó este viernes (25 marzo), como complemento de la fecha 18 que había iniciado un día anterior con los juegos que tenían a los equipos aún con intereses por la clasificación. Argentina, clasificado de manera anticipada, y Venezuela, eliminado con anterioridad, únicamente cumplían con el calendario en el estadio La Bombonera de Buenos Aires.
Por la penúltima fecha de la clasificatoria sudamericana y ante 50.000 aficionados que celebraron el triunfo con euforia, abrió la cuenta Nicolás González a los 35 y Di María aumentó a los 79.
Messi le puso la frutilla al postre a los 82, pese a rematar pifiado un centro al pecho de Di María. Argentina se afianzó con 38 puntos como escolta de Brasil, con 42. Se medirá con Ecuador en Guayaquil el martes en la última fecha.
“Hace tiempo que soy feliz aquí en Argentina. Después del Mundial me voy a tener que replantear muchas cosas. Llegue bien o mal. Esperemos que sea de la mejor manera”, declaró Messi en tono enigmático, sin precisar qué opciones manejará.
Venezuela tuvo que rendirse ante la superioridad del adversario. Está en el fondo de la tabla, décimo con 10 puntos. Recibirá a Colombia el martes.
Las emociones aparecieron casi al final. Di María entró y armó una apilada de defensores que selló con un mágico tiro de emboquillada. Messi había sido el factor de desequilibrio por velocidad y claridad durante todo el juego.
Una jugada de ataque clásica había quebrado la inercia del dominio casi absoluto de balón y terreno que ejercían los argentinos. Por un instante se hizo una grieta en la muralla defensiva venezolana.
Rodrigo De Paul, cada vez más aplomado como armador y recuperador, metió un centro rasante para una entrada a todo vapor de González, quien tocó al fondo del arco tras anticiparse a la salida del arquero Wuilker Faríñez y a una retaguardia de acero liderada por Jhon Chancellor.
Faríñez se había lucido al taparle un remate a quemarropa dentro del área de Joaquín Correa, el delantero que supo ocupar el lugar del artillero Lautaro Martínez como el socio ofensivo de Messi.
En la segunda parte el DT Lionel Scaloni probó con Ángel Correa en la búsqueda para el Mundial de Catar-2022 del centrodelantero de recambio de Lautaro Martínez.
La Vinotinto había desplegado una telaraña defensiva. Era una robussta barrera que le cerraba a la Albiceleste todos los caminos.
Una variante ensayada por el DT José Pekerman para salir del asedio fue la de mandar a la cancha a Jhon Murillo por Navarro, amonestado. Intentó también en cambiar la historia con los ingresos de Luis González y Fernando Aristeguieta.
Venezuela aguantaba a pie firme. Pero no había renunciado al ataque por completo. José Martínez se erigió como un estratega inteligente en el medio campo, con pases largos y profundos.
Solitarios, pero astutos para desequilibrar, Josef Martínez y Salomón Rondón, le ganaron a veces las espaldas a Nicolás Otamendi y Germán Pezzella en los momentos en que Nahuel Molina y Nicolás Tagliafico se adelantaban por los laterales.
Fue Josef Martínez quien tuvo el empate servido en un centro alto que cabeceó afuera.
Tomó el riesgo frente a un rival que no suele perdonar si hay espacios más cómodos para contragolpear.
Leandro Paredes manejó el medio campo con su visión y calidad técnica. Tuvo su oportunidad de ser titular Alexis Mac Allister, a quien le costaba articularse en forma fluido con un equipo que ya juega de memoria.
Mac Allister salió para dejarle lugar a Ángel Di María, quien ha conquistado el corazón de los hinchas, que lo ovacionan y dejan en el pasado años de críticas y desprecios.
No tuvo fortuna ni cuando recibió un centro atrás de Molina en bandeja, para anotar, pero la tiró afuera.
*Con información de la AFP.