Juan Guillermo Cuadrado fue uno de los fichajes más polémicos que dejó el mercado de verano. Una vez se conoció su salida de la Juventus, todos los caminos parecían conducir fuera de Italia; sin embargo, apareció el Inter de Milán como una opción de mantenerse en el país que el colombiano hoy considera como su casa.
Tras los primeros contactos entre ambas partes, fue solo cuestión de horas para llegar a un acuerdo y programar el aterrizaje del colombiano en Milán, aún cuando tenía a la hinchada nerazzurra en contra.
La Curva Nord, principal barra del cuadro interista, se manifestó en contra de la llegada de Cuadrado e incluso armó un plantón frente a la sede del club para intentar bloquear la firma del contrato.
Juan Guillermo tuvo que llegar a la sede deportiva vigilado por un estricto esquema de seguridad, mientras a las afueras lo insultaban con pancartas y cantos alusivos a su paso por la Juve, uno de los máximos rivales históricos del Inter.
Tal fue el descontento de los barristas, que un delegado del club tuvo que salir a calmar los ánimos y prometerles que tendrían la oportunidad de hablar con el colombiano, para conocer las razones por las cuáles decidió fichar por un equipo en el que lo consideraban enemigo.
“Hasta ahora has hecho de todo para que te odien, si hay algo más que quieras, te toca a ti demostrarlo”, rezaba en español la frase escrita con aerosol sobre una larga tela blanca que colgaron los miembros de la Curva Nord frente al sitio en el que se encontraba Cuadrado realizando la revisión médica y la firma del contrato, el pasado 19 de julio.
Cuadrado les cumplió la cita
La dichosa reunión se pospuso durante varias semanas por los trabajos de pretemporada y el inicio de la campaña en la Serie A, pero finalmente se dio la semana pasada, de acuerdo a lo que reportan los principales medios italianos.
Según indica la Gazzetta dello Sport, Cuadrado accedió a escuchar las palabras de los líderes de la barra y personalmente se comprometió a hacer olvidar aquellos comportamientos que alguna vez disgustaron a la hinchada, en los clásicos Inter vs. Juventus.
Entre las cosas que le cobran al colombiano está su identificación como símbolo del juventismo y sus supuestas estrategias para hacer equivocar a los árbitros con decisiones en contra del Inter. Además, el último clásico que Cuadrado jugó terminó en gresca tras los encontronazos entre el nacido en Necoclí y varios jugadores, entre ellos el arquero Samir Handanovic y el delantero Romelu Lukaku.
“La operación de ‘rehabilitación’ de Juan Cuadrado en el mundo nerazzurri vivió su punto de inflexión la semana pasada, con la esperada reunión entre el colombiano y los representantes de la Curva Nord”, cuenta el periodista Vincenzo D’Angelo.
La barra de Inter agradeció la disposición de Cuadrado para confrontar sus quejas y llegaron a un acuerdo para trabajar juntos a favor de los objetivos trazados por la institución esta temporada. “Tras los abucheos al entrar al césped en los dos primeros partidos, como local de la temporada, desde el derbi, Cuadrado también contará con su coro y el apoyo de la afición del Inter, como el resto de sus compañeros”, indican desde Italia.
La primera muestra de la reconciliación se dio el pasado domingo en la goleada 4-0 sobre Fiorentina. Cuadrado dio una asistencia a Lautaro Martínez y el argentino lo señaló ante la grada para que le dieran el respectivo aplauso, como recompensa por las buenas sensaciones que ha dejado en el cuerpo técnico de Simone Inzaghi.
Su presente con el Inter le permitió ser llamado a la Selección Colombia y ser titular en el duelo ante Venezuela por eliminatorias, aunque salió reemplazado al medio tiempo para dar lugar al ingreso de Jorge Carrascal.