La Copa América de 2001 era quizás la última oportunidad que el caleño Óscar Eduardo Córdoba tenía para brillar en la selección Colombia, la que siete años atrás lo había catapultado hasta la mítica bombonera de Buenos Aires, donde se convirtió en el arquero más importante en la historia del Boca Juniors, el club más popular de la Argentina. Allí fue campeón no solo de varios torneos locales, también de dos copas libertadores y una intercontinental de clubes.
Pero también era una revancha personal, pues la anterior edición del certamen más importante del fútbol suramericano, la que se disputó en 1999 en Paraguay, la tuvo que ver desde su casa por televisión, donde vio a Miguel Calero taparle un penal a quien entonces era su compañero en Boca, Martín Palermo, quien ese día marcó un anti-récord mundial al convertirse en el primer futbolista -y único hasta el momento-, en errar tres disparos desde el punto penal en un mismo partido.
Dos años después, Córdoba también firmaría un récord. Colombia se convirtió en la primera selección en ganar la Copa América sin recibir un solo gol en contra. Récord que sin embargo nunca estuvo en la mente del golero, a pesar de lo seductora que resultara la idea de quedar grabado en la historia. Entre otras, porque su compañero Calero, al que conocía desde los 17 años cuando ambos surgieron en la escuela Sarmiento Lora y fueron los porteros de las selecciones juveniles del Valle del Cauca, tapó uno de los partidos de aquella campaña.
Y es que aquella Copa América de Colombia, en la que Córdoba recuperó la titularidad de la selección, lo pilló en la cima de su carrera. Ya había sido héroe aquel 5 de septiembre de 1993 cuando Colombia le ganó 5-0 a Argentina, se había equivocado en el mundial de Estados Unidos 94, en una final de Copa Libertadores con el América de Cali, y relegado al banco de suplentes en el mundial de Francia 98. A su historia con la selección le faltaba un título, y por eso el destino quiso que Pacho Maturana, el mismo que le confió la portería cuando apenas tenía 23 años y jugaba en el Once Caldas, fuera el que lo pusiera como cerrojo en el único título del equipo nacional.
Tras la consagración de la Copa América, Córdoba alcanzó su sueño de jugar en Europa, con el Perugia de Italia primero, y luego con el Besiktas y el Antalyaspor de Turquía. Regresó al fútbol colombiano en 2007 para jugar con el Deportivo Cali, equipo donde había debutado en 1988, y se retiró en 2009, a los 39 años, defendiendo el arco de Millonarios. Veinte años después es comentarista en ESPN.