A pocos días de cumplir un mes de coronarse campeona del mundo, la selección femenina de España vive momentos de tensión por la reciente renuncia de Luis Rubiales a su cargo como presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).
Después de varios días recibiendo presiones de jugadoras, directivos y hasta la propia Fifa, Rubiales no tuvo otro camino que aceptar la derrota y dar un paso al costado mientras se adelanta una investigación en su contra por los cargos de agresión sexual y coacción.
Rubiales ha admitido públicamente que se equivocó, sin embargo, no acepta culpabilidad en los delitos antes mencionados, como respuesta a la demanda que le impuso la futbolista Jenni Hermoso ante la justicia española.
En una entrevista con el periodista británico Piers Morgan, en la que se anunció su renuncia, el expresidente mantiene que fue un beso con consentimiento de ambas partes. “Está claro que me equivoqué, es evidente, y lo dije desde el principio. Fue un acto conjunto mutuo. Me cogió en el aire y, al bajar, estábamos muy emocionados. No hubo intención ni connotación sexual. Solo aprecio”, declaró.
Producto del polémico beso que Rubiales le propinó a Hermoso, han salido videos de la reacción de las jugadoras y el cuerpo técnico minutos después de lo sucedido, en los que se ve a la propia futbolista del Pachuca de México bromeando al respecto.
Esa es el principal punto que defiende el dirigente de 46 años, explicando que hubo un cambio de plan a su espalda días después de regresar de Australia. “Entiendo que mucha gente lo malentendiera, pero hay otras que sí lo entendieron. Yo respeto la opinión de todo el mundo, pero no de aquellas personas que faltan a la verdad. Mi forma de actuar fue noble, entusiasta, al 100% no sexual”, explica.
Buscando defender ese punto, Rubiales sacó a la luz un mensaje de WhatsApp que, según él, le envió un miembro del cuerpo técnico que se encontraba en la delegación campeona del mundo.
“Veo a un equipo que ha ganado el Mundial. Escucho lo de “beso, beso, beso”. Me llaman ‘Presi’, que es como me llaman mis amigos. Yo no voy a ir dando besos. Quiero leer un mensaje de una persona que estaba en el bus, una persona del staff, tres días después”, señaló en TalkTV.
El chat de WhatsApp
El mensaje que expuso Rubiales decía: “Buenos días, presi. En primer lugar, quiero darte las gracias eternas por todo lo que has hecho por nosotros y nosotras estos días. Nos lo has dado todo y has sido una parte importantísima de todo lo conseguido. En segundo lugar, a título personal, sólo puedo estar inmensamente agradecido por poder estar junto a mi familia en uno de los momentos más felices de mi vida, y eso ha sido gracias a ti”.
Y continúa: “Por último, puedo darte mi apoyo y mi ánimo en estos momentos. Que no se empañe todo esto por esas personas que quieren destruir y confundir. Sé que eres muy fuerte y vas a seguir luchando por tus creencias. Mucho ánimo, ‘Rubi’. Un abrazo fuerte”.
Luego de leer el mensaje ante las cámaras, Rubiales asegura que lo que más le sorprendió es que “dos días después, esta persona, junto a otras diez, firmó una carta en la que catalogaba mi acto como machista. Entonces, ¿qué ha pasado ahí? Eso es lo que yo pregunto”.
El expresidente de la RFEF asegura que irá hasta las últimas instancias para defender su nombre y el de su familia, mancillado tras las acusaciones de Hermoso y otras jugadoras. “Un presidente no puede comportarse así en el podio. Puede dar un abrazo, pero tiene que actuar de forma más diplomática y fría. ¿Soy un delincuente? Te contesto con mi cara, soy una buena persona. No se trata de pedir perdón: fue espontáneo, mutuo y consentido”, sentenció.