Desde el pasado fin de semana, el mundo del fútbol habla de un solo suceso tras el Mundial Femenino de Australia y Nueva Zelanda que ganó España; se trata del polémico beso que tuvo como protagonista a Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol, y la jugadora Jenni Hermoso.
En su momento y en medio de la euforia por la celebración de la consagración, se vio al directivo tomar de la parte trasera de la cabeza a la futbolista, quien sin poder hacer mucha fuerza para retirarse terminó viéndose obligada a un contacto con sus labios que no deseaba.
Casi de inmediato a esta situación, las reacciones de todo tipo empezaron a hacerse virales a tal punto que hubo críticas por doquier hacia Rubiales. Con el pasar de los días, la situación que en principio llegó a tener algo de gracia se tornó en un panorama oscuro en contra del mencionado presidente.
Voces del fútbol en todo el mundo se han referido al hecho, la gran mayoría repudiando lo sucedido; no obstante, de manera sorprendente, en las últimas horas salió a relucir el testimonio de una leyenda alemana, quien le dio la mano a Rubiales diciendo: “No hay que exagerar”.
Se trata nada más y nada menos que de Karl Heinz Rummenigge, exjugador teutón y ahora directivo de clubes como el Bayern Múnich, quien fue de las primeras voces que restaron importancia a lo sucedido entre Rubiales y Hermoso.
En declaraciones entregadas al diario As, el doble campeón del mundo como futbolista con Alemania en 1982 y 1984, afirmó: “Cuando te proclamas campeón del mundo, pues te emocionas. Y lo que hizo allí estuvo –con todo mi respeto– absolutamente okay”.
Llegando a justificar lo que había hecho Rubiales con la futbolista española, recordó un suceso suyo donde también estuvieron inmersos algunas muestras de este tipo: “Recuerdo que cuando ganamos la Champions la última vez, llegué a besar a hombres, no en la boca, pero sí de alegría”.
Casi de inmediato a sus declaraciones, importantes voces en Alemania saltaron para criticar lo dicho por Rummenigge, quien parece haber desatinado en su comentario. Dos fueron los comentarios recibidos, que retumbaron rápidamente en los medios alemanes.
Donata Hopfen, exdirectora general del órgano liguero DFL, afirmó: “Si los dos no persiguen la misma intención, se trata de un comportamiento muy difícil. Y, desde mi punto de vista, no es aceptable y así se ha comentado. Puede ser invasivo y así es como se percibió”.
Bernd Neuendorf, presidente de la Federación Alemana (DFB), decidió agregar su concepto centrado en lo que a título personal hubiese hecho de haber sido él quien hubiese estado en la misma situación: “Me imaginé estar en una situación similar: no creo que hubiera actuado así”.
Rubiales, desesperado
En la prensa española aseguran que el presidente de la RFEF se dio cuenta de la magnitud de su error apenas unas horas después de la final, cuando planeó junto a su grupo de trabajo hacer un video para extender las disculpas a Jenni Hermoso y todo el pueblo español.
Pero inicialmente la idea era otra. Rubiales quería salir en el video hablado con Jenni Hermoso y se lo pidió directamente, según cuenta la periodista Natalia Torrente de Relevo.
“El presidente Luis Rubiales rogó a Jenni Hermoso que saliera con él en un video que grabarían en el aeropuerto de Doha, pidiendo disculpas y explicando lo que había sucedido en la entrega de premios”, asegura Torrente.
La súplica del dirigente no surtió efecto y, al final, le tocó salir solo a dar la cara en una publicación que rápidamente se extendió por todo el mundo.
Tan desesperado estaba por lograr la presencia de Hermoso en el video, que, según Torrente, le dijo a la cara: “Mi puesto está en juego, hazlo, aunque sea por mis hijas. Necesito que salgas conmigo”; sin embargo, no logró convencerla.