Lo que se suponía iba a ser un partido con muchas jugadas de gol y equipos lanzados al ataque, terminó siendo un duelo muy meticuloso en el que los dos entrenadores chocaron de frente con su forma similar de ver el fútbol.
Ya sabiendo de la victoria de Liverpool frente a Brighton (2-1), Manchester City y Arsenal tenían la obligación de ganar para mantener a tiro a los reds. Quizás ese resultado en Anfield fue lo que condicionó un juego cerrado de principio a fin, en el que apenas hubo un puñado de remates directos al arco.
Los gunners supieron resistir al inicio apabullante del City y se refugiaron en su propio arco hasta que lograron equilibrar la posesión de la pelota. De ahí en adelante fue un pulso interminable para tratar de romper el impecable orden táctico que dispusieron tanto Mikel Arteta como su maestro Pep Guardiola.
Los defensores terminaron siendo protagonistas inesperados en un juego tensionante para los hinchas asistentes al Etihad Stadium y los millones de aficionados que se sentaron frente a sus televisores en todos los rincones del mundo.
Al ver que no se sacaban ningún tipo de diferencia sobre el campo de juego, fue en Liverpool donde empezaron a sonreír, sabiendo que esa igualdad les permitiría quedarse en lo más alto de la Premier League a falta de nueve partidos para ponerle fin a la campaña.
Guardiola y Arteta trataron de mover las piezas en el descanso, pero el trámite no cambió en la segunda mitad. Mancherster City tuvo en control de la pelota por momentos, hasta que Arsenal se motivaba y tomaba la posesión para tocar sin mayor peligro sobre el arco de Stefan Ortega, quien reemplazó al lesionado Ederson.
Pasada la hora de juego, fueron los ciudadanos los que movieron el banco. Pep arriesgó presencia en el mediocampo para buscar volúmen ofensivo con Jack Grealish y Jeremy Doku, quienes le dieron más amplitud a las transiciones.
Arteta respondió moviendo los peones en la defensa y la primera línea de volantes. Thomas Partey y Takehiro Tomiyasu aparecieron en escena para contrarrestar el poderío individual al que apeló el conjunto local.
Erling Haaland, gran figura sobre la que se centraban los focos del planeta, apenas pudo aparecer tras un trabajo casi perfecto de William Saliba y Gabriel Magalhaes, los dos defensores centrales del Arsenal.
Alentado por su gente, el City terminó inclinando la cancha en los últimos minutos del compromiso, aunque sus ocasiones llegaron por la vía de los centros desde el costado, algo poco habitual en los planteamientos de Guardiola.
Tras un centro que cruzó sin dueño frente al arco, Haaland tuvo la oportunidad de mandarla al fondo, pero la rápida reacción del arquero David Raya lo llevó a fallar lo que en otras noches sería pan comido.
Arsenal se aferró a un resultado que no sonaba tan mal y se refugió en el paso del tiempo, que se convertía en el peor enemigo de los locales.
A raíz de este empate (0-0), Liverpool es el nuevo líder de la Premier League con 67 puntos, seguido por Arsenal que se queda con 65 y Manchester City tercero con 64 unidades.
El fútbol inglés volverá a la acción a mitad de semana, cuando Arsenal reciba a Luton Town, City haga lo propio frente al Aston Villa en otro duelo de impacto directo en la tabla y Liverpool sea local ante Sheffield United.