En menos de seis meses, Atlético Nacional pasó de dejar un sinfín de dudas en todo lo que lo rodeaba, a la alegría de dos títulos en Colombia.
De la mano de su presidente, Sebastián Arango, un nuevo cuerpo técnico como el de Efraín Juárez, junto a jugadores del más alto nivel, se convirtió en un plantel que no tuvo rival que lo parara hasta ser campeón.
Referentes como David Ospina, William Tesillo o Edwin Cardona acompañaron a joyas talentosas como Marino Hinestroza, que con su desparpajo de jóvenes, aportaron para la conquista de una nueva estrella.
Para muchos, el nombre de la mencionada joya verde era desconocido, pero su historial data de que con apenas 22 años, ya tiene un recorrido que lo hace tener lo suficiente para ser titular, como lo fue el semestre entero en Atlético Nacional.
Además de lo buen jugador que demostró ser, también su rebeldía fuera del campo, que hace recordar el carácter de otro talento al servicio de Colombia, como lo es Jhon Durán en Europa, puso a Hinestroza en la gran mayoría de reflectores.
En zona mixta, los medios lo buscaron para que diera sus declaraciones y dio muestras de un pensamiento poco habitual, pero que se está volviendo en un cambio de mentalidad para ser ganadores.
“Hicimos historia, estamos contentos. Vamos a celebrar como lo merecemos”, señaló en medio de su efusividad por el bicampeonato logrado.
“El cariño de la gente me sorprende. Les quiero retribuir, por mi familia, compañeros”, sumó en agradecimientos colectivos.
Y fue justo después, cuando de su boca salió el renovado pensar que se ha visto en algunos jugadores de la nueva camada: “Soy un ambicioso (…), como lo quieran llamar, que no soy humilde, arrogante, pero tienen que darse cuenta de que para ganar hay que ser así”.
“Estamos cansados de ser humildes y no ganar nada”, sentenció. “Yo sí soy arrogante, voy, aliento a la hinchada, yo sí provoco porque eso es lo que da”, dijo de su manera de actuar, que, para muchos, no es la correcta.
Más voces del campeón de Colombia
Efraín Juárez llegó a Colombia como un ‘Don nadie’ mexicano, y en solo cuatro meses, es el ‘rey’ del balompié nacional junto a sus jugadores, quienes confiaron en él para trabajar rumbo a la conquista de la estrella 18.
“Soy muy efusivo en el día a día, pero en esto soy bastante tranquilo porque voy con muchos pies de plomo, estoy feliz por estos señores y por esta hinchada, vine a poner mi granito de arena y gracias a Dios se ha dado todo”, afirmó al tiempo que celebró en plena grama.
“Estoy bastante tranquilo, quiero ir a descansar, quiero estar tranquilo, fueron cuatro meses de no dormir, de llorar, pero todo valió la pena”, agregó.
“Lloraba por todo, por alegrías, lloraba por frustraciones, por injusticias, pero siempre me las guardé y me las comí todas y al final tengo la recompensa, agradecerle a la gente que estuvo a mis jugadores, mi gente, mi familia, mi club y ojalá disfruten mucho porque costó”, confesó.
“Trabajábamos hasta altas horas de la noche todos los días y gracias a Dios se vieron los resultados. Yo prometí que quería que ellos disfrutaran dentro del campo y eso es lo que están haciendo”, puntualizó.