Marino Hinestroza fue una de las grandes figuras del club Atlético Nacional de Medellín durante el semestre. Aunque no llegó siendo titular, con el paso de los partidos se ganó un puesto en el once inicial.

Pero no fue solo ganarse un espacio en el equipo titular, pues se hizo indispensable en cada partido que afrontaba la escuadra que es dirigida por el mexicano Efraín Juárez, quien para ser entrenador es muy joven, pues tiene 36 años.

Si en algún momento Marino faltaba en el once inicial era por alguna molestia o por una sanción. También se supo ganar el cariño de una hinchada tan exigente como lo es la de Atlético Nacional de Medellín.

Y como se hizo tan indiscutible, su presencia en la gran final de la Liga BetPlay del segundo semestre del año estaba asegurada. Aunque, eso sí, por sanción no estuvo en el juego de ida ante el Deportes Tolima en el estadio Manuel Murillo Toro.

Marino Hinestroza en el Atanasio. | Foto: El País

Y sobre aquel compromiso, precisamente, Marino Hinestroza hizo referencia después de que Nacional se coronó campeón en el estadio Atanasio Girardot. Ante algunos medios de comunicación destapó un “secreto”.

El extremo derecho aseguró que, para ese cotejo de ida, viajó a Cali para ver el partido con los amigos. El día siguiente tomó un vuelo para entrenar junto a sus compañeros. Señaló que Efraín Juárez desconocía el tema.

“Aquí entre nos, ni el profe sabe. Yo me fui para Cali, me vi el partido con los amigos, nadie sabía. Al otro día madrugué a entrenar. Como estoy solo acá, verme el partido solo, no”, manifestó sin rodeos el joven atacante.

Esta será una de esas anécdotas que quedarán tras la nueva estrella, la número 18 en su historia, que pudo lograr el club Atlético Nacional de Medellín en la primera división del fútbol profesional colombiano.

Tras el mismo partido de vuelta habló el mismo Juárez. “Soy muy efusivo en el día a día, pero en esto soy bastante tranquilo porque voy con muchos pies de plomo, estoy feliz por estos señores y por esta hinchada, vine a poner mi granito de arena y gracias a Dios se ha dado todo. Estoy bastante tranquilo, quiero ir a descansar, quiero estar tranquilo, fueron cuatro meses de no dormir, de llorar, pero todo valió la pena”, dijo.

“Lloraba por todo, por alegrías, lloraba por frustraciones, por injusticias, pero siempre me las guardé y me las comí todas y al final tengo la recompensa; agradecerle a la gente que estuvo, a mis jugadores, mi gente, mi familia, mi club y ojalá disfruten mucho porque costó”, sentenció.