“Lo más sano y recomendable es parar. Por tu vida es necesario no jugar más al fútbol”. Con esta frase, el exfutbolista Jorge Marsiglia supo que su sueño de convertirse en una estrella no se iba a materializar, o al menos no de la manera que él esperaba.
Cuando vivía su mejor momento con el Deportivo Cali, el zaguero recibió una noticia devastadora: por motivos de salud y con tan solo 24 años, tenía que retirarse del deporte que tanto ama.
En diálogo con El País, de Cali, dirigido por Diego Martínez Lloreda, Marsiglia abrió su corazón y expuso a detalle todas las sensaciones que le produjo el hecho de saber que no podría volver a jugar fútbol a nivel profesional. El riesgo no era menor, pues, según le advirtieron los médicos, su vida dependía de ello.
Desde aquel diagnóstico que cambió la vida de Jorge Marsiglia ya ha pasado un año y tres meses. Por supuesto, la depresión y tristeza han estado presentes, sobre todo, porque su carrera tuvo que finalizar prematuramente, justo cuando sonaban propuestas desde el fútbol brasileño y su hijo estaba a punto de nacer.
“Después de todo este proceso en el que me definieron que no podía seguir jugando, me tomé un descanso, me alejé de las redes sociales y me fui para mi pueblo un tiempo a estar con mi familia, tratando de asimilar ese cambio en mi vida. Fue un golpe que yo no esperaba, en mi casa tampoco”, dijo Marsiglia a El País.
Sus emociones iniciales eran lógicas: se deprimió y no quería hablar con nadie. Es más, contó que decidió encerrarse en su casa y aislarse con su familia para darle manejo a la situación.
“Ha sido muy difícil desprenderme de esos recuerdos de jugador porque todo a mi alrededor tiene que ver con fútbol. A ratos me vienen esos recuerdos y me da la nostalgia de querer estar con el equipo. Poco a poco voy asimilando que el camino es diferente al que tenía planeado. Son cosas de Dios”, expresó.
El drama del exfutbolista inició en el año 2018, cuando le hicieron unos exámenes de ingreso, entre ellos, un electro. “Uno de los médicos me dijo que veía una cosa rara; desde ahí me empezaron a hacer más estudios, me mandaron un ecocardiograma, pero todo salió normal”, recordó.
Marsiglia siguió jugando y se realizó controles cada año. En 2021, le hicieron otro examen, pero todo parecía normal; sin embargo, lo sucedido con el lateral Andrés Román –cuyo pase a Boca Juniors no se materializó debido a una anomalía cardíaca que le identificaron durante los exámenes de ingreso– dio pie para que le realizaran estudios más minuciosos.
“Entonces nos hicieron otros exámenes más a fondo y ahí descubrieron que yo tenía una pared del corazón más grande que la otra; se salía de las medidas normales, pero que no era tan riesgoso porque tenía un parámetro que mide cuánto puede crecer”, indicó el exdefensor del Deportivo Cali.
Ya para 2022, Marsiglia comenzó la temporada jugando, pero luego de una resonancia, el cardiólogo le informó que había encontrado algo raro.
“Vi que era algo más importante, se dieron otros exámenes, alcancé a jugar unos partidos y el último acá fue un clásico y en el siguiente juego iba de titular, pero tuve la lectura de los exámenes y ese día me dijeron que no podía seguir jugando, que tenía que parar. Fue en abril del año pasado”, contó en diálogo con El País.
“Me podía costar la muerte súbita”
El caso de Marsiglia fue estudiado por médicos de España, Argentina y Estados Unidos. Según dijo, todos coincidieron en que debía parar su actividad futbolística, argumentando que padecía una miocardiopatía.
A pesar de que, cuando jugaba, no sentía cansancio, ahogo, dolor en el pecho o cualquier otro síntoma que pudiera causar alerta, la anomalía cardíaca que se le identificó al jugador configuraba un riesgo bastante alto.
“Fue muy duro todo. Recuerdo que ese día terminé el entreno y salí para la lectura de los exámenes, pero el médico me dijo que ya había visto la resonancia y que tenía que parar sí o sí. Cuando me dijo eso se me aguaron los ojos. Le dije que si podía jugar algunos partidos y después parar, llevar la situación de a poco, pero dijo que no, que era muy riesgoso y que me podía costar la muerte súbita”, relató Marsiglia.
“Fue un baldado de agua fría, yo estaba bloqueado, no quería saber de nada, pensé en mi familia y en mi futuro. Ya en mi casa lloré toda la noche, estaba deprimido, triste”, agregó.
“Los milagros existen”
Durante la entrevista con El País, Marsiglia confesó ser consciente de que no volverá a jugar fútbol, pero mencionó que hay momentos en los que guarda la esperanza de que algún examen salga bien, refugiándose en la creencia de que los milagros existen.
“Sin embargo, esa ilusión la he ido dejando de a poco. Me ha ayudado mucho mi hijo, que tiene nueve meses de nacido y ha sido ese colchón para este peso que llevo encima”, precisó.
“Los médicos me dijeron que pueda que no sienta ningún síntoma, pero que jugando es posible que me dé un paro cardíaco. Entonces era mejor evitar. Hay jugadores que les descubren la miocardiopatía, pero al final de sus carreras. Yo esperaba que conmigo pasara lo mismo, pero ya con un hijo no era conveniente tomar ese riesgo”, redondeó Marsiglia.
El exfutbolista ahora es asistente técnico en la Sub-20 del Cali. De hecho, sus planes ahora apuntan en esa dirección.
“Cuando era jugador decía que debía ser muy duro tener contenta a una plantilla de 27 jugadores, son 27 cabezas diferentes y 27 mundos. No me llamaba la atención el tema, pero estando con la Sub-20 del Cali, ya uno va aprendiendo a manejar la situación y saber qué les puede decir a los muchachos”, trascendió Jorge Marsiglia en el diálogo con el citado medio.