Atlético Nacional tuvo una noche soñada en el inicio de los cuadrangulares finales de la Liga BetPlay 2024-II ante Independiente Santa Fe. Desde los primeros instantes sacó provecho de una expulsión temprana y al término del primer tiempo ya ganaba con resultado parcial de 3-0.
Durante la segunda mitad, se benefició de un autogol de los rojos, que le permitió aumentar su ventaja y posteriormente, en una de las últimas acciones del juego, terminaron por sellar un aplastante 5-0.
Uno de los protagonistas de la noche para el verdolaga fue la joya, Marino Hinestroza, quien a sus 22 años se ha ganado el puesto como extremo titular del cuadro verde y es uno de los más punzantes en el ataque por su velocidad.
Contra Santa Fe marcó el segundo gol del partido, sacando de la galera otra arma de su repertorio. Aprovechando el espacio para poder impactar de media distancia, sacó un derechazo que se clavó en la base del poste derecho de Andrés Mosquera Marmolejo.
La euforia de una anotación de alto calibre, como la suya, hizo que el joven talento se fuese hacia la tribuna sur donde se encuentra la barra popular y celebrase con ellos. Por este acto, el juez central le impuso una tarjeta amarilla bastante controvertida.
En zona mixta habló de esa amonestación, que, a su juicio, no era necesaria: “Muy sorprendido por la tarjeta amarilla. Siempre van a celebrar y eso era normal, el cariño de la gente que nos acompaña día a día”, dijo.
Después de ello, fue consultado por el primer gol marcado con el cuadro verde en su paso por esta institución. Al hacerle mención de esto, refutó en buena tónica y denunció: “No, ¡el segundo! El primero me lo robaron”.
Esa palabra ‘robo’ hizo echar hacia atrás la película de Hinestroza e intentar saber cuál era el gol al que hacía referencia y no le dieron. Y sí, se encontró, fue aquel marcado ante Junior de Barranquilla en la caótica noche de los disturbios del Atanasio Girardot.
El 28 de septiembre se estaba jugando ese clásico entre dos de los equipos más populares de Colombia. Los verdes se habían ido en ventaja, primero con un tanto de Andrés Román, y luego cayó justamente el de Marino Hinestroza.
Después de dicho tanto, el anotador se fue a uno de los costados de la cancha a hacer su celebración. Allí hizo el gesto de tener una caña de pescar, lanzarla y capturar una presa; al tratarse de Junior, el rival de turno, quien tiene un tiburón como mascota, desató el caos en las tribunas.
Dicho compromiso fue suspendido por la gravedad de las agresiones entre hinchadas que se estaban dando y días después la resolución de la Dimayor fue darle la victoria a los del Atlántico; justamente por ello es que el gol de Marino no entró en el conteo y mencionó que lo “robaron”.
Nacional defiende con todo a Juárez
En las últimas semanas, el entrenador de Nacional ha estado en el ojo del huracán por gestos y celebraciones.
Durante el duelo con Santa Fe, por ejemplo, nuevamente se fue expulsando, causando que al término del partido sus jugadores sentaran su palabra para defenderlo.
“Marcamos gol y tenemos que celebrar. La gente tiene que tomar esto con mucha humildad, porque nosotros trabajamos, luchamos cada día y hacer respetar este escudo”, dijo Alfredo Morelos.
David Ospina, como capitán, también se dio a la tarea de limpiar la imagen de Juárez y dijo: “Es una excelente persona, sabemos los valores que tiene”.
Jorman Campuzano, otro de los experimentados y de peso a la interna del camerino, soltó: “Confianza con el profe. Es un entrenador que siente el fútbol y son pocos. Exige, corra, brinca y yo vivo así, lo prefiero”.