El obelisco fue nuevamente el punto de encuentro de los hinchas argentinos que esperaban con ansias ver a sus ídolos este martes en la caravana convocada por la Asociación de Fútbol de Argentina (AFA). Luego de tomar un merecido descanso de las casi 20 horas de vuelo desde Qatar, los jugadores volvieron a poner la medalla en el cuello con el objetivo de salir a recibir el cariño de sus compatriotas.
Sobre las 11:40 a. m. (hora de Argentina) inició el multitudinario desfile que tuvo que cambiar a última hora por los más de 2 millones de personas que llegaron hasta inmediaciones del obelisco, punto que inicialmente iba a ser el centro de la caravana.
“Los futbolistas se acercarán a saludar a los hinchas desde la autopista 25 de mayo y 9 de Julio, de acuerdo al circuito dispuesto por los organismos de seguridad”, informó la cuenta oficial de la selección, anunciando que, por disposiciones de las autoridades, no pasarían por el obelisco.
En busca de evitar algún caso de desorden público, pidieron a los hinchas que “todos y todas puedan ir movilizándose con calma hacia esa zona para disfrutar en paz de este inolvidable momento con los campeones del mundo”.
A pesar de cambiar los planes, la fiesta no se detuvo y miles de aficionados pusieron gozar del bus descapotado en el que las banderas, los bombos y los tradicionales cantos fueron tendencia. En lo más alto del ‘micro’, las cinco caras de la selección: Nicolás Otamendi, Ángel Di María, Lionel Messi, Rodrigo de Paul y Leandro Paredes, todos compartiendo un trago de fernet, bebida famosa entre los argentinos, además de las cervezas que nunca les hicieron falta desde el pitazo final en Lusail.
Desde tempranas horas de la mañana se empezó a construir una estructura en la Plaza de Mayo, uno de los puntos de mayor conglomeración de aficionados, lo que hizo pensar que los jugadores llegarían hasta allí para un acto con el público, sin embargo, la recomendación de las autoridades fue descartar un arribo a sitios tan cerrados y hacer un circuito por distintas calles de la ciudad.
Al final lo que iba a ser una sola caravana al medio día de este martes terminó convirtiéndose en dos, pues miles de personas esperaron en la madrugada cerca al aeropuerto de Ezeiza para recibir a los campeones que, aún cansados del viaje, se prestaron para que la fiesta continuara hasta el amanecer.
Messi amaneció con la copa entre sus manos y, antes de iniciar el desfile de celebración por Buenos Aires, dedicó un sentido mensaje para todos los que aportaron en este esperado título. “Fueron cerca de tres décadas en las que la pelota me dio muchas alegrías y también algunas tristezas. Siempre tuve el sueño de ser Campeón del Mundo y no quería dejar de intentarlo, aun sabiendo que quizá nunca se daría”, escribió el ‘10′ junto a un video en el que, cuando niño, cuenta que su sueño era vestir los colores de la selección.
“También es del Diego que nos alentó desde el cielo. Y de todos los que se la pasaron bancando siempre a la selección sin mirar tanto el resultado, sino las ganas que siempre le metíamos, también cuando no nos salían las cosas como queríamos”, completó.
El ‘10′ claramente fue el centro de atención de los aficionados, que corrían por las calles y luchaban contra el intenso calor para verlo lo más cerca posible.
Fiel al “nos veremos pronto” que escribió desde Qatar, Messi se mantuvo alegre, levantando las manos para saludar y nunca se despegó de la copa, esa que hoy lo sube al olimpo en el que lo ubican al lado de Diego Armando Maradona, otra de las leyendas del fútbol argentino.