Hasta marzo de 2024, 264 mujeres habían denunciado sufrir todo tipo de morbosidades en espacio y transporte público, según la Secretaría de la Mujer de Bogotá.
“En 2023 los servicios de la Secretaría Distrital de la Mujer registraron 2.317 mujeres atendidas por situaciones relacionadas con violencia sexual en el espacio y transporte público, de estas atenciones, el 16% se reportaron en el transporte público.”, dijeron a SEMANA desde el observatorio de mujeres y equidad de género.
El tema es preocupante y va más allá de la necesidad de llamar la atención en el mundo virtual. En el mundo real, mujeres como Melisa Estrada han sufrido la morbosidad de taxistas que, incluso, le generaron un accidente.
A SEMANA, esta ingeniera de diseño de 30 años que vive en Envigado, contó lo que sufrió un día que fue al gimnasio en su bicicleta
“Un taxista se empezó a hacerse muy cerquita, diciéndome cosas como que, qué rico mi cuerpo, que si me podía acompañar, que hasta donde iba, que por mí se quedaba ahí todo el día. Me persiguió por lo menos una cuadra. Se hizo tan cerca que me pegó con el carro en el manubrio, me hizo perder el control y me caí”, declaró.
Melissa sufrió moretones en sus piernas, en su nalga y su bicicleta se dañó en el manubrio. No quiso llamar a la ambulancia buscando llegar rápido a su casa para sentirse segura. Nunca más volvió a ir en su caballito de acero al gimnasio.
Lo peor de su relato, es que el acoso a ciclistas en la vía es más común de lo que se cree.
“Lamentablemente ya estamos acostumbradas. Se siente rabia e impotencia, somos vulnerables. Pero casi que ya lo hacemos parte del día a día”, indicó.
Melissa pide a las autoridades que se tomen más medidas de seguridad. La presencia de Policía podría hacer la diferencia.
Otro relato es el de Ana María Rendón Toro, que creo la comunidad llamada “las escaladoras”, mujeres que montan bicicleta de ruta. Son más de 350 en Medellín y Bogotá y se unieron hace más de dos años.
Cuenta Ana María que una de las causas que más abandono a este deporte causa en el género es el acoso por parte de transeúntes que mientras entrenan, por ejemplo, les tocan la nalga.
“Nos tocan, nos hacen gestos obscenos, nos gritan cosas. Por eso creamos la comunidad para protegernos entre nosotras mismas”, declaró para esta nota.
Rendón se dio a la tarea de hacer una encuesta en su comunidad y encontró que el 75% han sido víctimas de cualquier tipo de acoso.
“El más grave fue el de una niña a la que un hombre le tocó la nalga, la tumbó, quedó aporreada y dejó la bicicleta”, señaló.
Sin embargo, no solo habla por experiencias ajenas. Ha tenido por lo menos tres situaciones de acoso. Recuerda que un día fue víctima de lo mismo a plena luz del día, rodando hacia el norte de Medellín, Un tipo en moto intentó tirarla de un golpe en su trasero hacia al pasto.
“Es el común denominador tristemente. Me vio sola, aprovechó y a uno se le pasa lo peor por la cabeza, que lo pueden violar. Casi siempre te acatan en una subida, donde vas más lento. No me dio tiempo de reaccionar, me dio una palmada e intentó de nuevo hacerlo”, relató.
Lamentablemente, en Colombia el acoso como tal no es tipificado. Según la ley, debe ser repetido en el tiempo.
Las acciones de acoso son “vigilar, perseguir o buscar la cercanía física de una persona. Establecer o intentar establecer contacto por cualquier medio, o a través de terceras personas. Usar de manera indebida los datos personales de la víctima para adquirir productos o servicios, o permitir que otras personas se pongan en contacto con ella. Atentar contra la libertad o el patrimonio de la víctima o de una persona próxima a ella”.
Se constituye como delito, cuando la conducta del agresor es reiterada e insistente. Es decir, que se mantenga en el tiempo o que esto produzca una alteración grave del desarrollo de la vida cotidiana de la víctima.
Ana María es que de víctimas pasan a ser las culpables.
“Nos dicen, no salga sola para que no les pase. Contrate una moto para montar, póngale una cámara al casco, use gas pimienta. Como que justifican lo que pasa. Que te den una palmada en la nalga no es tomada como agresión”, indica.
Cree que la ley debe cambiar. Los castigos inexistentes son el mejor aval para los acosadores. A sus 40 años, esta mujer creadora de contenido, se siente desprotegida y está convencida que de la única manera que las autoridades prestan atención a sus casos, es si hay una violación.
“Si vas y pones una denuncia te dice, cuál es la placa. Vio el tipo, qué más le hizo y ya. Te dicen que si lo ven, le llaman la atención. Si lo cogen, ni se lo lleva la Policía, ni le imponen una multa”, señaló
Ir en grupo tampoco es garantía de Nada. Angie Orjuela es deportista de alto rendimiento. Iba con su grupo de 6 compañeras y un tipo también le tocó la nalga. Una de sus colegas alcanzó a registrar la placa, hicieron un video viral en redes sociales que se hizo viral y nada más pasó. Iban vía La Ceja a San Antonio en Antioquia
“Fue la primera vez que me pasó. Con la placa lo buscaron y tenía denuncias del mismo tema. Todo el mundo lo supo, se solidarizaron, pero al tipo no le paso nada”, declaró.
A la inseguridad en el país de atracos y robos como pan de cada día, las mujeres aficionadas se enfrentan a la vulnerabilidad. Camila Monroy, otra víctima, contó en SEMANA que a ella un tipo le tocó por un tiempo un poco más prolongado que el de una palmada, su trasero.
Practicaba deporte por la vía del centro Comercial Titán Plaza en Bogotá. Aunque sabía que las quejas eran reiterativas de las mujeres pedalistas, nunca pensó que le pasaría a ella. El shock no le permitió reaccionar.
“Yo iba concentrada como a las 5 am. Me manoseó horrible, el tipo se quedó a mi lado. Yo me paralicé y el tipo se aprovechó de eso. Cuando me di cuenta de que llevaba mucho tiempo morboseándome y tocándome sin mi consentimiento, grité y lo insulté y se fue”, insistió.
Reconoce que su mente se quedó en blanco. Sintió miedo y muchas ganas de llorar. Ya en calma, pensó en dejar la bicicleta.
“Me sentía sucia, sentía asco. Quedé completamente prevenida. El tipo me pasó la mano por toda la cola y yo no caís en cuenta de quitarle la mano de encima. No quería volver a hacer deporte”, relató a SEMANA.
Esta mujer de 26 años, que trabaja en un reconocido banco, cree que se salvó de algo más grave.
“Si el tipo me cierra más, me tumba y me jode. Era muy temprano, estaba todo muy solo. Solo cuando reaccioné se fue, él no tenía intenciones de dejarme en paz”, concluyó.
¿Qué dicen las entidades deportivas?
En Bogotá y Medellín, el IDRD y el Inder Medellín dijeron a esta casa periodística que están tomando medidas para proteger a las ciclistas.
“El instituto cuenta con el Protocolo para la prevención, detección, atención y seguimiento de los casos de las violencias basadas en género en el IDRD, que opera desde noviembre de 2021. Este protocolo tiene tres líneas estratégicas: línea estratégica de prevención, línea estratégica promoción de derechos, línea estratégica atención y protección a víctimas de violencias basadas en género. Contamos con un equipo especializado que brinda orientación a las víctimas y familias de las víctimas. Así mismo, con un comité encargado de determinar acciones administrativas que busquen la garantía de derechos de las víctimas, tales como no repetición y no revictimización”, contestaron desde el Instituto Distrital de Recreación y Deporte.
Desde el Inder Medellín, cuentan con un protocolo de prevención, detección, atención y seguimiento de violencias basadas en género, que según dicen, permite activar una ruta de atención oportuna a la comunidad.
“Este protocolo puede activarse cuando se presente un caso de violencia basada en género en los espacios administrados por el INDER. Por otro lado, nuestras ciclovías representan un espacio con todos los protocolos de seguridad para quienes disfrutan de este deporte de forma recreativa. Extendemos la invitación a que todas las mujeres de Medellín conozcan los 4 mecanismos con los que cuenta la Secretaría de las Mujeres para la protección frente a violencias: la Línea 123 Agencia Mujer que atiende casos en emergencia y riesgo, Hogares de Acogida para mujeres en riesgo de violencia feminicida, atención psicojurídica en todos los territorios y Defensa Técnica (para remover barreras de acceso a la justicia de mujeres que fueron víctimas o sobrevivientes de violencia)”, destacan y agregan
“Así mismo, desde la secretaria de las Mujeres, se ejecuta el proyecto Espacios Seguros para las Mujeres y las Niñas (que acompaña ONU Mujeres). Desde aquí se promueve la transformación cultural para que todos los espacios de la ciudad estén libres de cualquier tipo de violencia de género”, señalan.
El caso de acoso a ciclista Lorena Arce no es falso – Rectificación
En una publicación del 22 de abril del año 2024, la cual fue totalmente modificada por Semana, este medio de comunicación dio a conocer que la creadora de contenido y deportista Lorena Arce “al parecer” había fingido ser víctima de acoso cuando montaba bicicleta para ganar seguidores y likes.
Sobre el particular, manifestamos que los hechos descritos nunca tuvieron ocurrencia, ya que, infortunadamente, la fuente de la noticia contaba con información no verificada.
En ese sentido, la creadora de contenido Lorena Arce no fingió ser víctima de acoso y por tal razón SEMANA rectifica por lo señalado en la mencionada publicación, lo cual, en todo caso, fue originado por un error en la fuente de la noticia.
Lo anterior, dando estricto cumplimiento a lo ordenado por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Tunja, en fallo de tutela con radicado 15001 3105 004 2024 00118-01.
Con lo anterior, damos estricto cumplimiento a lo ordenado en el fallo de la referencia.