Durante la noche de este sábado, 3 de junio, el estadio El Campín fue testigo del segundo juego en menos de ocho días que llevaron Millonarios y América de Cali. Las dos instituciones más importantes del grupo B tenían cita por la fecha 4 de los cuadrangulares finales, para ver quién se quedaba con tres puntos vitales.
Para América, en cierta medida, se trataba de una revancha, pues el miércoles pasado en Cali, el cuadro azul había ‘asaltado’ su casa al ganarle por 0-1. Dicho triunfo de los bogotanos fuera de casa les había dado un impulso para lo que sería el remate de las finales y la pelea por el cupo del cuadrangular.
El compromiso que inició sobre las 8:30 p. m. tenía la nómina más estelar posible de ambos equipos, pues cabe recordar que en la previa para los embajadores se presentó la sensible baja de Leonardo Castro; en su lugar entró en el esquema Fernando Uribe, quien terminó siendo determinando durante el duelo.
Además, el delantero Daniel Cataño, que regresaba de lesión, fue quien terminó siendo el determinante para que Millonarios sueñe más fuerte con la gran final del fútbol colombiano. El volante 10, al minuto 83, tuvo una mágica acción, que terminó en el tanto definitivo para ganar por 2-1 y sumar 10 puntos.
Las acciones en la parte inicial tuvieron al América buscando el resultado, la necesidad de ganar sí o sí, para no dejar escapar a su rival más directo, le hicieron estar bastante activo en el frente de ataque. Lastimosamente, el asedio en los primeros minutos le costó que para el 23′ tuviera que darse el primer cambio; salida de Sarmiento para el ingreso de Ramos.
Desde allí se jugó otro partido, pues en los minutos iniciales hubo aproximaciones, pero no la solvencia para que se dieran opciones claras de ninguno de los dos. La entrada del ídolo y referente americano hizo que el juego tomara vuelo luego de la media hora de partido.
Hacia los 15 minutos finales se dieron los dos tantos, uno para cada lado, que hicieron más atractivo el partido. El primer tanto en caer fue precisamente de América, que se benefició de su goleador, Adrián Ramos, quien se llevó la marca de Juan Pablo Vargas por uno de los costados y definió al palo que cubría Álvaro Montero.
El tanto, aunque fue en su mayoría mérito del atacante, dejó una vez más muy mal parado al portero guajiro. En la transmisión, así como en las redes sociales, se analizó que dicho balón no tenía que haber entrado por el sector que él custodiaba. El error fue tal, que su compañero Vargas, en la repetición, se ve cuando le reclama.
Con el tanto en contra para los azules se llegó a pensar que les costaría reponerse, sin embargo, no fue así. Porque apenas cuatro minutos después, al 42′, una jugada de Beckham Castro permitió a Fernando Uribe que le quedara un rebote del balón tras chocar en el poste, para que este solo tuviera que cabecear cerca del arco.
A lo largo del segundo tiempo no fueron muchas las oportunidades de los dos conjuntos, pero sí se llegó a dar el momento cumbre del partido, de la doble confrontación y hasta la definición del grupo B, pues Millonarios quedó con 10 punto a tan solo 1 de ser finalista. Todo gracias a su ‘10′, Daniel Cataño, quien al 83′ aprovechó un centro para empalar el balón frente al arquero de Novoa y poner el 2-1 final.