“Discapacitado es aquel que teniéndolo todo no quiere hacer nada”, ese es lema que ha suscitado Moisés Fuentes por más de veinte años, el mismo tiempo que ha demostrado ser un superhumano en el agua y fuera de ella. Lo cierto es que al hablar de deporte para nacional es imposible no referenciar a Moisés. Este nadador ha participado en múltiples Juegos Paranacionales, ha competido en certámenes mundiales y ha subido al podio en las últimas tres versiones de los Juegos Paralímpicos, siempre orgulloso de representar a su país.
Pero la historia detrás de tantos triunfos y reconocimientos está marcada por sentimientos de dolor, sacrificio y, sobre todo, resiliencia. Este santandereano, oriundo del Valle de San José, encontró en el agua su salvación, luego de elegir este deporte como propulsor para superar la etapa más dolorosa de su vida. Fuentes nunca imaginó que un incidente le arrebataría sus piernas, a su hermano mayor y muchos sueños que tenía de por medio.
El golpe más bajo
Moisés Fuentes García nació el 22 de septiembre de 1974, en Valle de San José, Santander. Su niñez la vivió en una finca, ayudando a sus padres en el campo y, como miles de niños en Colombia, tenía que desplazarse por extensos senderos para llegar a la escuela en busca de conocimiento y oportunidades. Sin embargo, esos recorridos terminaron a los once años, cuando, por motivos económicos de la casa, tuvo que dejar el estudio.
Fuentes recuerda, entre risas, las palabras de su padre como si las hubiera dicho ayer. “Usted tiene que seguir capacitándose... decir que va a hacer especialización y maestría en el manejo de machete, pica y pala”. Y así pasó su niñez y adolescencia, inmerso en la agricultura y la ganadería.
En principio, su sueño era hacer parte de la Marina Nacional, pero su hermano mayor, Rodrigo, le cambió la mentalidad, pues él ya había prestado servicio militar y relataba que no era el mejor momento para ejercer en las fuerzas militares; en la época, la presencia de grupos al margen de la ley hacía de las suyas. Sin embargo, por cuestiones de la vida, aquellos grupos delictivos sí llegaron a tocar la puerta de sus vidas.
Luego de sacar su cédula de ciudadanía, Fuentes se fue para Santa Marta para reunirse con su hermano y empezar un proyecto juntos. Pero, a pocos días después de su arribo, un martes, 13 de octubre de 1992, a eso de las 5:30 de la tarde, recibió seis disparos, uno de ellos quedó incrustado en su médula espinal, afectando las vértebras 9 y 10 y dejándolo parapléjico por el resto de su vida. Su hermano, lastimosamente, no corrió con la misma suerte y falleció en el lugar.
“En ese entonces, grupos al margen de la ley, paramilitares, extorsionaban a mi hermano con que pagara una vacuna, un impuesto. Le decían que pagara, se fuera o muriera.
Realmente Rodrigo no lo tomó en serio pensando que no eran grupos paramilitares, sino algunos subversivos que lo querían molestar”, recuerda Fuentes. Luego de su depresión e intentos fallidos por quitarse la vida, encontró en el deporte aquel motivo para darle un giro inesperadamente positivo a su existencia; un motivo en el que fue fundamental el apoyo de sus seres queridos. “Cuando pensé en quitarme la vida lo que resulté fue recibiendo vida a través del agua”, cuenta.
El renacer de un campeón
Moisés aprendió a nadar a los seis años en la quebrada La Putana, que estaba situada junto a su casa. Recuerda que usaba una pimpina como flotador y se la amarraba con un lazo para no ahogarse. El agua siempre lo había hecho feliz. Iba a nadar, pescar, jugar y no salía de allí durante horas.
“Entre juego y resiliencia es que uno aprende. Al mes y medio del suceso yo quería ir a la quebrada donde aprendí a nadar. Entonces salté de la silla de ruedas con todo y ropa y me metí a la quebrada. Pero las corrientes me arrastraron y me llevaron a lo más hondo. Mi papá y todos estaban preocupados y atentos para saltar a rescatarme. Y, aunque llegué a lo más profundo, empecé a chapalear, me relajé y el agua empezó a hacerme flotar y fue ahí cuando sentí la sensación más bonita que puede haber, una sensación de relajación y de libertad. Fue reencontrarme con la vida”, recuerda.
Con tan solo 20 años, Fuentes García llegó al deporte paralímpico. En primera instancia practicó baloncesto en silla de ruedas, pero fue en la natación adaptada donde encontró la forma de sentirse libre y capaz de superarse a sí mismo.
Hoy en día ha logrado grandes hazañas a nivel personal y deportivo. Logró el título de Contador Público en la Universidad Cooperativa de Colombia en 2003; ha participado en múltiples Juegos Paralímpicos: Sydney 2000, Atenas 2004, Pekín 2008 (bronce), Londres 2012 (plata), Río 2014 (bronce); su historial en Juegos Parapanamericanos y mundiales también está cargada de triunfos.
Asimismo, hizo parte en 2017 y 2018 de los equipos de Relevos de la aseguradora en el Allianz IRONMAN 70.3 Cartagena, el evento de triatlón más exigente e importante del país. Para este 2021, por quinto año consecutivo, Allianz Colombia será el patrocinador oficial de la competencia. Año tras año, la aseguradora invita a los mejores paratletas de diferentes disciplinas como parte de su apoyo al Comité Paralímpico Colombiano, esto lo hace desde el año 2013.
Reto olímpico
Ni el covid, ni unas balas o una silla de ruedas han podido detener a este campeón. Su preparación es ardua, lleva un plan de entrenamiento que se estructura año tras año de acuerdo a los diferentes eventos en los que participará.
Hoy, a la espera de los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, que por primera vez se aplazan en el marco de la pandemia de la COVID-19, Moisés está preparado y listo para seguir demostrando su talante y subir a lo más alto del podio en los 100 metros pecho, prueba en la que es primero en el ranking mundial y que disputará el próximo 29 de agosto.
Su motivación, su motor, sigue siendo el mismo: su familia y su sed de triunfar en lo que más le gusta. Sigue poniendo a prueba su capacidad de supervivencia y, en su sexta participación en los Juegos Paralímpicos, busca aquella presea dorada que falta en su palmarés, aunque lo que más aprecia es su evolución en las justas y ver hasta dónde ha llegado.
Colombia contará en Tokio con 69 representantes (61 para atletas y 8 guías/auxiliares), 30 deportistas más con respecto a Río 2016. Los colombianos participarán en nueve deportes y en dos de ellos se compite por primera vez: boccia y tenis de mesa. El objetivo este año será superar lo hecho en las anteriores justas olímpica, donde el país alcanzó su mejor participación paralímpica con 17 medallas (2 doradas, 5 platas y 10 bronces).
“Hoy la pregunta que nos tenemos que hacer al vernos al espejo es: ¿cuál discapacitado soy yo?, ¿soy una persona que tengo todas las capacidades y oportunidades que me da la vida y no las aprovecho, no hago nada? Desde cada una de nuestras áreas podemos contribuir a la construcción de un país”, concluye este superhumano que busca a través de sus charlas, conferencias y participaciones en justas, sembrar ese ánimo por sacar lo mejor de uno mismo y salir adelante sin importar las circunstancias.