Faltan solo semanas para que comience el evento deportivo más esperado del mundo, el Mundial de Fútbol que se disputa cada cuatro años entre las 32 mejores selecciones del planeta y que este año se jugará por primera vez en Qatar. A la cita mundialista llega Francia como actual campeón, luego de levantar su segunda copa al vencer a Croacia en la final de Rusia 2018.

Y con la llegada del Mundial, inevitablemente los futboleros del mundo comienzan a recordar los hechos históricos que marcaron este torneo que arrancó en el año 1930 con el campeonato disputado en Uruguay, el cual fue ganado por la selección local.

Luego de 92 años es inevitable no recordar los partidos más importantes de la historia de los mundiales, los cuales marcaron a generaciones y crearon rivalidades entre algunos países, que muchas veces sobrepasaron las cuestiones deportivas. Acá recordaremos cuatro partidos históricos e imposibles de olvidar de la historia de los Mundiales.

El Maracanazo (1950)

El primer gran partido que marcó la historia de los mundiales fue la final del Mundial de 1950 disputado en el estadio Maracaná de la ciudad de Río de Janeiro en Brasil. A este juego decisivo la selección local llegaba como el gran favorito luego de un espectacular Mundial, por lo que todos suponían, que frente al menos 100.000 personas (según cuentan los libros) los brasileños no tendrían problema para derrotar a la selección de Uruguay.

La sorpresa fue total cuando después de que Brasil iba ganando 1 a 0, los uruguayos remontaron y sobre el final del partido ganaron 2 a 1, coronándose campeones del Mundo ante todo un estadio lleno de brasileños. Uruguay consiguió su segundo título mundial, mientras que Brasil vivió una de las derrotas más dolorosas de toda su historia.

El partido del siglo (1970)

Se jugaban las semifinales de la Copa del Mundo del año 1970 que se jugó en México. Brasil esperaba a su rival en la final que saldría del enfrentamiento entre las dos selecciones europeas más poderosas de la historia de los mundiales: Italia y Alemania.

El partido terminó empatado en el tiempo reglamentario con un marcador 1 a 1, por lo que había que jugar 30 minutos extra para decidir el ganador de la semifinal. Sorprendentemente, en el alargue se registraron cinco goles más, dejando un marcador final de 4 a 3 a favor de los italianos que ganaron la clasificación a la final de México 70 y dejaron en el recuerdo uno de los mejores partidos de la historia, por lo que fue catalogado por la prensa de ese momento como “el mejor partido del siglo XX”.

El mejor gol de los mundiales y “La mano de Dios” (1986)

Se jugaban los cuartos de final del Mundial de México 86 entre las selecciones de Argentina e Inglaterra. Un enfrentamiento cargado de morbo, ya que hacía solo unos años los dos países habían sostenido la Guerra de las Malvinas. Por lo que en especial para los argentinos, los grandes perdedores de la guerra, este choque con los ingleses era mucho más que futbolístico.

El partido dejó dos hechos históricos imposibles de olvidar: primero llegó el gol con la mano de Diego Armando Maradona que fue catalogado por él mismo como “la mano de Dios” para excusarse por la jugada ilegal que había cometido. Minutos después se dio el mejor gol de la historia de los mundiales, cuando Maradona dejó tirados a más de seis jugadores ingleses, en una corrida desde la mitad de la cancha que terminó con gol de Argentina y una victoria final de 2 a 1, que le dio el paso a la semifinal del Mundial que posteriormente ganaría la albiceleste.

Alemania 7 - Brasil 1 (2014)

Se jugaban las semifinales del Mundial de Brasil 2014 entre la selección local y Alemania. El enfrentamiento entre los dos gigantes de la historia de los mundiales fue como nadie se imaginaba. La selección brasileña, favorita a ganar el Mundial organizado en su país y que borraría los fantasmas del ‘maracanazo’, cayó con una histórica goleada de 7 a 1 frente a los alemanes, que bailaron a los jugadores locales ante un estadio completamente lleno de brasileños que no tuvo otra opción que salir llorando la eliminación y la paliza alemana.